8/02/2019, 17:51
La estupefacción se dibujó en el rostro de Roga cuando Ayame se presentó.
«¿Qué...? Ah, claro...» La muchacha no había podido evitar extrañarse ante aquel hecho, aunque enseguida reparó en la razón que subyacía a la sorpresa de Roga: Obviamente, la había reconocido como la Jinchūriki de Amegakure, y ella no estaba acostumbrada a que lo hicieran. Después de todo, había pasado toda su vida ocultándolo a los demás.
—Oye, oye, oye. Antes de eso. Y-yo tenía algo importante que decirte a ti —respondió Roga, aclarándose la garganta.
«¿Algo relacionado con los Bijū?» Se preguntó Ayame, con una sonrisa incómoda.
Pero, afortunadamente, no era ese el tema que ocupaba a Roga:
—Bueno, no yo, sino que tengo un mensaje de parte de alguien.
—¿De alguien? —repitió Ayame, ladeando la cabeza con extrañeza.
—Es de Tsukiyama Daigo, de Kusagakure. Alto, pelo anormalmente verde, cara de no matar una mosca.
Ayame tuvo que hacer memoria durante unos instantes, pero enseguida cayó en la cuenta. No por su nombre, porque no recordaba si durante su fugaz encuentro había llegado a presentarse, pero sí por su descripción. ¡Cómo olvidar al shinobi que había intentado ayudarla a escapar de Kuroyuki!
—Esto fue hace mucho pero, aparentemente ese chico de alguna forma estaba preocupado por ti, desde el incidente del examen chunin. Incluso me dijo que él fue de los ninjas de kusa que estuvieron involucrados en el alboroto y desde entonces no había tenido la oportunidad de saber cómo estabas. Además, no sólo preguntó por ti, sino que también por alguien llamado Amedama Daruu —Roga hizo una breve pausa y Ayame asintió, dando a entender que seguía escuchándole—. Ya que, bueno, la situación entre las aldeas no estaba del todo bien, me pidió favor que si alguna vez me encontraba con ustedes dos les transmitiera su preocupación y que él espera que se encuentren bien —añadió, cruzándose de brazos—. No sé si incluso ustedes se encontraron con Tsukiyama, ya que fue hace meses y pues... Bueno, si no me quedaré con mi cara de idiota aquí por decirte algo que ya sabía.
—Bueno, en el caso de Daruu-kun no lo sé pero yo sí me encontré con él hace unos tres meses, más o menos. Sin embargo, fue un encuentro muy fugaz así que no pudimos hablar... —explicó, y su semblante se ensombreció al recordar el incidente con Kuroyuki—. Aún así, agradezco que me hayas hecho llegar el mensaje, Roga-san. También se lo diré a Daruu-kun.
«¿Qué...? Ah, claro...» La muchacha no había podido evitar extrañarse ante aquel hecho, aunque enseguida reparó en la razón que subyacía a la sorpresa de Roga: Obviamente, la había reconocido como la Jinchūriki de Amegakure, y ella no estaba acostumbrada a que lo hicieran. Después de todo, había pasado toda su vida ocultándolo a los demás.
—Oye, oye, oye. Antes de eso. Y-yo tenía algo importante que decirte a ti —respondió Roga, aclarándose la garganta.
«¿Algo relacionado con los Bijū?» Se preguntó Ayame, con una sonrisa incómoda.
Pero, afortunadamente, no era ese el tema que ocupaba a Roga:
—Bueno, no yo, sino que tengo un mensaje de parte de alguien.
—¿De alguien? —repitió Ayame, ladeando la cabeza con extrañeza.
—Es de Tsukiyama Daigo, de Kusagakure. Alto, pelo anormalmente verde, cara de no matar una mosca.
Ayame tuvo que hacer memoria durante unos instantes, pero enseguida cayó en la cuenta. No por su nombre, porque no recordaba si durante su fugaz encuentro había llegado a presentarse, pero sí por su descripción. ¡Cómo olvidar al shinobi que había intentado ayudarla a escapar de Kuroyuki!
—Esto fue hace mucho pero, aparentemente ese chico de alguna forma estaba preocupado por ti, desde el incidente del examen chunin. Incluso me dijo que él fue de los ninjas de kusa que estuvieron involucrados en el alboroto y desde entonces no había tenido la oportunidad de saber cómo estabas. Además, no sólo preguntó por ti, sino que también por alguien llamado Amedama Daruu —Roga hizo una breve pausa y Ayame asintió, dando a entender que seguía escuchándole—. Ya que, bueno, la situación entre las aldeas no estaba del todo bien, me pidió favor que si alguna vez me encontraba con ustedes dos les transmitiera su preocupación y que él espera que se encuentren bien —añadió, cruzándose de brazos—. No sé si incluso ustedes se encontraron con Tsukiyama, ya que fue hace meses y pues... Bueno, si no me quedaré con mi cara de idiota aquí por decirte algo que ya sabía.
—Bueno, en el caso de Daruu-kun no lo sé pero yo sí me encontré con él hace unos tres meses, más o menos. Sin embargo, fue un encuentro muy fugaz así que no pudimos hablar... —explicó, y su semblante se ensombreció al recordar el incidente con Kuroyuki—. Aún así, agradezco que me hayas hecho llegar el mensaje, Roga-san. También se lo diré a Daruu-kun.