13/02/2019, 10:28
—Pues no le van nada mal las cosas según lo veo yo —respondió Yota al fin, satisfaciendo la curiosidad de Ayame, quien soltó un suspiro de alivio.
—Menos mal...
—No solo le convirtieron en Jinchūriki, sino que tras todo lo sucedido en el estadio de Uzushiogakure, le hicieron Jōnin, aprobando el examen con distinción de honor —continuó él—. Ya me gustaría a mí que las cosas me fueran tan bien como a él. Además, todavía no ha perdido el control, así que supongo que todo marcha viento en popa. —Yota pareció reparar en algo con aquellas últimas palabras, porque se apresuró a añadir—: Esto... lo siento, Ayame-san. No quería hacerte recordar esos momentos... Quería decir que, bueno, le está yendo bien. Ahora suelo estar a su lado para ayudarle en su nueva tarea como guardián.
Pero ella sacudió una mano en el aire, restándole importancia.
—No pasa nada. Además, esas pérdidas de control son cosa del pasado, no volverán a ocurrir más —respondió, con tal convicción que incluso Kōri giró la cabeza hacia ella, entre sorprendido e interrogante. Pero ella no añadió nada más sobre el tema, simplemente se sentó sobre la hierba y cruzó las piernas—. Pero me alegra saber que está bien. Si le ves, por favor, mándale recuerdos de mi parte.
—Menos mal...
—No solo le convirtieron en Jinchūriki, sino que tras todo lo sucedido en el estadio de Uzushiogakure, le hicieron Jōnin, aprobando el examen con distinción de honor —continuó él—. Ya me gustaría a mí que las cosas me fueran tan bien como a él. Además, todavía no ha perdido el control, así que supongo que todo marcha viento en popa. —Yota pareció reparar en algo con aquellas últimas palabras, porque se apresuró a añadir—: Esto... lo siento, Ayame-san. No quería hacerte recordar esos momentos... Quería decir que, bueno, le está yendo bien. Ahora suelo estar a su lado para ayudarle en su nueva tarea como guardián.
Pero ella sacudió una mano en el aire, restándole importancia.
—No pasa nada. Además, esas pérdidas de control son cosa del pasado, no volverán a ocurrir más —respondió, con tal convicción que incluso Kōri giró la cabeza hacia ella, entre sorprendido e interrogante. Pero ella no añadió nada más sobre el tema, simplemente se sentó sobre la hierba y cruzó las piernas—. Pero me alegra saber que está bien. Si le ves, por favor, mándale recuerdos de mi parte.