16/02/2019, 22:52
(Última modificación: 16/02/2019, 23:19 por King Roga. Editado 1 vez en total.
Razón: Había olvidado indicar que era hueco de nuevos D:
)
El epicentro de las actividades económicas de la aldea: El afamado Distrito Comercial donde podías ir en busca de ocio, una aventura o quizás simplemente llenarte la panza. Ahí donde el neón suplantaba la lumbrera del sol un vaivén de transeúntes buscaban cada quién su fuente de entretenimiento. En el caso del Yotsuki favorito de todos este último frecuentaba bastante esta zona, ya sea por los karaokes o bien los bares donde solía infiltrarse para curiosear en búsqueda de alguna historia que le sirviera para su próxima composición musical.
Desde que estaba bajo la tutela de Kurozuchi ya no había salido demasiado de la aldea para aventurarse al extranjero, así que sus momentos de diversión se enfocaban principalmente en lo que pudiera llamar su atención en aquellas concurridas calles y callejones. Siempre luciendo su look de estrella del rock, se paseaba con gallardía en aquel lugar, mientras sus ojos escudriñaban las vitrinas y escaparates.
Y fue entonces, que sus ojos se posaron en una silueta que destacaba entre cualquier otra presencia del lugar. Abrió la boca formando una "O", siendo que pocas veces algo era capaz de sacarle una reacción así. Estaba parado con cara de idiota ahí a mitad de la calle, observándola.
Lucía de negro lustroso, apoyada atrás de un cristal que impedía que él se acercase para tomarla y acariciarle con las yemas de sus dedos a lo largo del brazo. "Tiene que ser mía." Jamás había visto unas curvas cómo esas, ni tampoco un puente con pastillas imantadas. Oh sí, ninguna guitarra era comparable a aquella belleza de acero pulido. "¿Es totalmente eléctrica?" Se dijo. Podía ir imaginándose la factura de la luz subir, y sin embargo, el número cuatro seguido de tres ceros escrito en un cartón a su lado se le hizo espantoso y horripilante. "Oh demonios." Hizo cuentas. "Púfale, tendría que trabajar como mula para eso." Y seguía ahí, de pie como una estatua cómo si una amante acabara de rechazarlo.