21/02/2019, 12:10
En el momento en el que Yota se echó a reír, Ayame supo que la había fastidiado de nuevo con el nombre de la araña. Roja como un tomate, su cerebro comenzó a trabajar a toda velocidad, buscando el dato erróneo que se le había escapado de entre los dedos. Por suerte, fue la misma araña quien se lo facilitó:
—Kumopansa, me llamo Kumopansa. El gusto es mío. Oye, tendréis que disculparme pero necesito remojar mis patas antes de que me salgan callos —añadió, y ante la estupefacta y atónita mirada de los dos Amejines, el arácnido metió las patas en el agua—. ¡Oh! Qué gusto...
—¿Desde cuándo a las arañas les gusta el agua...? —se preguntó Ayame en voz alta, y, junto a ella, Kōri se encogió de hombros sin saber muy bien qué decir al respecto.
—Eso de Muchopanza ha sido divertido, pero... —intervino Yota, captando de nuevo su atención. Pese a sus palabras, su gesto era inusualmente serio, y no tardaron en descubrir el por qué—. Me gustaría que no pusieras mucha fe en esa alianza de papel de fumar. Quiero decir, todos hemos visto la verdadera naturaleza de Uzushiogakure. Por mucho que te hayan ayudado a volver a la normalidad. Todos sabemos porque han accedido a ello, les interesaba que las 3 grandes aldeas lucharan contra un objetivo común, osea Kurama y sus generales. Ahora es mejor estar unidos que ir cada uno por su lado. Sin embargo, ¿qué pasará cuando hayamos vencido ese enemigo?
«Oh, lo había olvidado...» Ayame expulsó el aire por la nariz al recordar lo drástico que había sido Yota con los Uzujines en su anterior encuentro, cuando les reveló que los dos Uchiha eran los Jinchūriki de la aldea. Después de ver la actitud de Daruu, aún le sorprendía ver a alguien incluso más radical que él.
—Que Datsue o Akame fueran de esa manera, no quiere decir que toda la aldea lo sea, Yota-san —replicó, cruzándose de brazos—. No podemos generalizar a partir de ellos dos, allí hay gente verdaderamente respetable como Eri-chan y Hanabi-dono.
—Además, ahora tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos —añadió Kōri, con tono autoritario—. Os guste o no, ahora hay una nueva Alianza entre las tres aldeas y como shinobi fieles a ella actuaréis en consecuencia. Incluso si eso significa colaborar con Uchiha Datsue. Y lo mismo va para él con vosotros. De nada sirve seguir con estas riñas infantiles.
—Lo sé... Lo sé..."Los Jinchūriki somos la máxima prioridad" —recitó ella, con tono cansado.
—Kumopansa, me llamo Kumopansa. El gusto es mío. Oye, tendréis que disculparme pero necesito remojar mis patas antes de que me salgan callos —añadió, y ante la estupefacta y atónita mirada de los dos Amejines, el arácnido metió las patas en el agua—. ¡Oh! Qué gusto...
—¿Desde cuándo a las arañas les gusta el agua...? —se preguntó Ayame en voz alta, y, junto a ella, Kōri se encogió de hombros sin saber muy bien qué decir al respecto.
—Eso de Muchopanza ha sido divertido, pero... —intervino Yota, captando de nuevo su atención. Pese a sus palabras, su gesto era inusualmente serio, y no tardaron en descubrir el por qué—. Me gustaría que no pusieras mucha fe en esa alianza de papel de fumar. Quiero decir, todos hemos visto la verdadera naturaleza de Uzushiogakure. Por mucho que te hayan ayudado a volver a la normalidad. Todos sabemos porque han accedido a ello, les interesaba que las 3 grandes aldeas lucharan contra un objetivo común, osea Kurama y sus generales. Ahora es mejor estar unidos que ir cada uno por su lado. Sin embargo, ¿qué pasará cuando hayamos vencido ese enemigo?
«Oh, lo había olvidado...» Ayame expulsó el aire por la nariz al recordar lo drástico que había sido Yota con los Uzujines en su anterior encuentro, cuando les reveló que los dos Uchiha eran los Jinchūriki de la aldea. Después de ver la actitud de Daruu, aún le sorprendía ver a alguien incluso más radical que él.
—Que Datsue o Akame fueran de esa manera, no quiere decir que toda la aldea lo sea, Yota-san —replicó, cruzándose de brazos—. No podemos generalizar a partir de ellos dos, allí hay gente verdaderamente respetable como Eri-chan y Hanabi-dono.
—Además, ahora tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos —añadió Kōri, con tono autoritario—. Os guste o no, ahora hay una nueva Alianza entre las tres aldeas y como shinobi fieles a ella actuaréis en consecuencia. Incluso si eso significa colaborar con Uchiha Datsue. Y lo mismo va para él con vosotros. De nada sirve seguir con estas riñas infantiles.
—Lo sé... Lo sé..."Los Jinchūriki somos la máxima prioridad" —recitó ella, con tono cansado.