28/02/2019, 15:03
—"Esa tal" Eri fue la misma kunoichi que esposó a Daruu siguiendo las órdenes de Akame. Igual que tendría que hacer yo misma contigo si Kōri o cualquier otro shinobi de mayor rango me lo ordenara. Somos ninjas, Yota-san. Nos debemos a los mayores —replicó, apoyando las manos sobre las caderas—. Desconozco cuáles eran las intenciones del Uchiha con ese gesto, pero Hanabi-dono demostró no estar de acuerdo con él y ser un hombre compasivo y comprensivo cuando perdonó la vida a Daruu-kun cuando intentó acuchillar a Akame por la espalda. De haber sido cualquier otro, podrían haberle ejecutado y clamar que fue en defensa propia. Y no lo hizo, sólo le durmió. Y ahora me han devuelto a la normalidad. Les debo una buena, Yota-san, aunque siga odiando a esos malditos Uchihas con cada fibra de mi ser.
»Pero creo que es hora de olvidar todas estas rencillas y centrarnos en lo verdaderamente importante: Kurama y sus Generales. Cualquier Bijū que se pase a sus filas sólo sera un filo más sobre nuestras gargantas, así que debemos protegernos entre nosotros cueste lo que cueste.
— Bueno, ya sabes lo que pienso de este tema
Quizás había llegado el momento de acabar con esa disputa sin sentido. Ayame parecía realmente irritada defendiendo a esa Eri e incluso al Uzukage, quién según ella le perdono la vida a Daruu. es cierto que fue así, pero en mi cabeza había una clara razón de ello: matarle le hubiera traído muchos más problemas de los que hubiese subsanado de seguir con el macabro plan del remolino.
— Y bueno, ya como he dicho antes, me debo a los míos y si el Morikage ha pensado que esta nueva alianza es una buena idea, trataré de cuidarla. no me voy a ir por ahí a cazar Uzujins como si fueran conejos en un bosque — decía mientras movía mis brazos, enseñándole las palmas de mis manos de arriba a abajo, pidiendo un poco de calma.
De hecho, mi estomago había empezado a rugir clamando por algo que devorar y rápidamente mis manos se dirigieron a la mochila de mi espalda, apoyándola en el suelo y abriéndola, sustrayendo una bola de esas que hacen su función de neverita. La abrí, tomando uno de los filetes que había allí dentro, mostrándoselo a los amejin.
— ¿Tenéis hambre?
»Pero creo que es hora de olvidar todas estas rencillas y centrarnos en lo verdaderamente importante: Kurama y sus Generales. Cualquier Bijū que se pase a sus filas sólo sera un filo más sobre nuestras gargantas, así que debemos protegernos entre nosotros cueste lo que cueste.
— Bueno, ya sabes lo que pienso de este tema
Quizás había llegado el momento de acabar con esa disputa sin sentido. Ayame parecía realmente irritada defendiendo a esa Eri e incluso al Uzukage, quién según ella le perdono la vida a Daruu. es cierto que fue así, pero en mi cabeza había una clara razón de ello: matarle le hubiera traído muchos más problemas de los que hubiese subsanado de seguir con el macabro plan del remolino.
— Y bueno, ya como he dicho antes, me debo a los míos y si el Morikage ha pensado que esta nueva alianza es una buena idea, trataré de cuidarla. no me voy a ir por ahí a cazar Uzujins como si fueran conejos en un bosque — decía mientras movía mis brazos, enseñándole las palmas de mis manos de arriba a abajo, pidiendo un poco de calma.
De hecho, mi estomago había empezado a rugir clamando por algo que devorar y rápidamente mis manos se dirigieron a la mochila de mi espalda, apoyándola en el suelo y abriéndola, sustrayendo una bola de esas que hacen su función de neverita. La abrí, tomando uno de los filetes que había allí dentro, mostrándoselo a los amejin.
— ¿Tenéis hambre?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa