4/03/2019, 09:24
—Más lindo es de cerca— Comentó animado... no, orgulloso mejor dicho.
Y así, se introducirían en aquel pueblito mientras el humo gris se elevaba y se mezclaba con las nubes. Eso sí, el frío había descendido a niveles que ninguno de los dos genins habían experimentado antes. Para colmo, durante la época donde el termómetro descendía a su punto más álgido. "Demonios, se me están escarchando las putas pestañas de mierda." El de cabellos tricolor se había encogido sobre sí mismo ante la temperatura, aunque se sintió aliviado cuando la carreta poco a poco se fue internando en el paisaje de casitas humildes.
—¡Esa es nuestra casa!— Señaló una que no tenía mucha diferencia con las otras, salvo por que tenía las luces apagadas.
—Descansaremos por hoy, aunque de cena no tengo más que ofrecerles mucho más que algo enlatado y carne seca— Anunció mientras se detenía en el sitio.
—Sólo déjeme entrar antes de terminar convertido en un iceberg...— Temblaba estando aún abrigado.
Una vez bajasen el señor Atsuki prendería los candelabros, alumbrando un poco el interior del recinto además de prender la chimenea. Posteriormente el Yotsuki sería el primero en respirar aliviado, colocando las manos frente al fuego mientras sonreía con calma.
—Esta noche nevará intensamente, pero mientras no ocurra otra avalancha todo debería estar bien. Descansen, que la limpieza irá para largo— anunció.
—Lo que usted diga— seguía feliz y sonriente sentado frente al fuego.
Y así, se introducirían en aquel pueblito mientras el humo gris se elevaba y se mezclaba con las nubes. Eso sí, el frío había descendido a niveles que ninguno de los dos genins habían experimentado antes. Para colmo, durante la época donde el termómetro descendía a su punto más álgido. "Demonios, se me están escarchando las putas pestañas de mierda." El de cabellos tricolor se había encogido sobre sí mismo ante la temperatura, aunque se sintió aliviado cuando la carreta poco a poco se fue internando en el paisaje de casitas humildes.
—¡Esa es nuestra casa!— Señaló una que no tenía mucha diferencia con las otras, salvo por que tenía las luces apagadas.
—Descansaremos por hoy, aunque de cena no tengo más que ofrecerles mucho más que algo enlatado y carne seca— Anunció mientras se detenía en el sitio.
—Sólo déjeme entrar antes de terminar convertido en un iceberg...— Temblaba estando aún abrigado.
Una vez bajasen el señor Atsuki prendería los candelabros, alumbrando un poco el interior del recinto además de prender la chimenea. Posteriormente el Yotsuki sería el primero en respirar aliviado, colocando las manos frente al fuego mientras sonreía con calma.
—Esta noche nevará intensamente, pero mientras no ocurra otra avalancha todo debería estar bien. Descansen, que la limpieza irá para largo— anunció.
—Lo que usted diga— seguía feliz y sonriente sentado frente al fuego.