5/03/2019, 06:16
El Yotsuki no dijo nada cuando el monje se puso a su lado, aunque le empezaba a incomodar aquel silencio que se mantenía entre ambos. "Es tan... distante. Por alguna razón siento que este pendejo sólo actúa amable por compromiso. Incluso no pareció importarle en lo absoluto el estado de Higeki, simplemente actuó para sacárselo de encima y luego continuó como si nada. Incluso estando ahora mismo a mi lado simplemente me ignora." Su rostro no expresa en lo absoluto ninguno de los pensamientos que afloraban en su mente, seguía tranquilo y sereno. Aunque, el fuego reflejado en sus ojos parecía arder con un imperceptible enojo. "Me pregunto que demonios trama este cretino." Se mantuvo en posición mientras se frotaba las manos ante la chimenea.
Tiempo después serían llamados a la cena, la cuál sería un poco sobria. La carne seca tenía bastante sal, aunque el Yotsuki no podía quejarse demasiado pues la comida era la comida. Tiempo después, ambos podrían ir a dormir a las habitaciones de huéspedes en el piso superior. No había motivos por los cuáles quedarse despiertos, que de por sí la luz provista por las precarias velas desalentaban a la vigilia.
Al día siguiente la cosa no cambiaría mucho, teniendo que desayunar frutos secos y más carne seca. Para ser un comerciante, era algo tacaño el tal Atsuki.
—Bueno, hoy les mostraré la ruta a trabajar. Tengo otro par de carretas que podrían serles de utilidad para mover los escombros, que espero les sean de utilidad— Caminó hasta la puerta. —Vamos andando, que es bastante temprano aún.
—Entendido— afirmaría el Yotsuki.
Tiempo después serían llamados a la cena, la cuál sería un poco sobria. La carne seca tenía bastante sal, aunque el Yotsuki no podía quejarse demasiado pues la comida era la comida. Tiempo después, ambos podrían ir a dormir a las habitaciones de huéspedes en el piso superior. No había motivos por los cuáles quedarse despiertos, que de por sí la luz provista por las precarias velas desalentaban a la vigilia.
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Al día siguiente la cosa no cambiaría mucho, teniendo que desayunar frutos secos y más carne seca. Para ser un comerciante, era algo tacaño el tal Atsuki.
—Bueno, hoy les mostraré la ruta a trabajar. Tengo otro par de carretas que podrían serles de utilidad para mover los escombros, que espero les sean de utilidad— Caminó hasta la puerta. —Vamos andando, que es bastante temprano aún.
—Entendido— afirmaría el Yotsuki.