5/03/2019, 19:36
Por fortuna, nadie vino a llamarme la atención, ni a mi ni a Kumopansa. Aunque había pasado a formar parte de la rutina, que me llamasen la atención por ir por allí con esa araña ruidosa y desconsiderada no me agradaba en absoluto. Con lo que me gustaba a mi pasar desapercibido pero desde que deambulaba por el mundo con ese arácnido la cosa se había tornado imposible prácticamente.
Pero aquella muchacha parecía decidida a ignorarnos. Bendita fuese mi suerte. Pude sentir, sin embargo, que se había percatado de nuestra presencia y nos echó una fugaz mirada de reojo. Como acto reflejo, me vi obligado a apartar mi mirada. Me avergonzaba que me tomasen por lo que no me gustaba ser. Pero solo fue eso, una fugaz mirada para comprobar el terreno.
Fue tras aquel breve instante que Kumopansa saltó de mi cabeza hasta la verde alfombra de hierba que cubría la superficie, correteando hasta la posición de la muchacha.
«¡No, joder, mierda!»
Alzó una de sus patas delanteras cuando se puso a su lado y golpeó un par de veces a la chica para reclamar su atención.
— Eh, tía, por un casual no tendrás mosquitos, ¿no? — puso la cara más amigable posible. Es decir, lo más amigable que podría ser el rostro de una viuda negra — El gilipollas ese de ahí me ha dejado sin los míos
Pero aquella muchacha parecía decidida a ignorarnos. Bendita fuese mi suerte. Pude sentir, sin embargo, que se había percatado de nuestra presencia y nos echó una fugaz mirada de reojo. Como acto reflejo, me vi obligado a apartar mi mirada. Me avergonzaba que me tomasen por lo que no me gustaba ser. Pero solo fue eso, una fugaz mirada para comprobar el terreno.
Fue tras aquel breve instante que Kumopansa saltó de mi cabeza hasta la verde alfombra de hierba que cubría la superficie, correteando hasta la posición de la muchacha.
«¡No, joder, mierda!»
Alzó una de sus patas delanteras cuando se puso a su lado y golpeó un par de veces a la chica para reclamar su atención.
— Eh, tía, por un casual no tendrás mosquitos, ¿no? — puso la cara más amigable posible. Es decir, lo más amigable que podría ser el rostro de una viuda negra — El gilipollas ese de ahí me ha dejado sin los míos
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa