28/03/2019, 07:19
El chico comentó un par de cosas que le hicieron creer que el mundo en realidad era pequeño, de cierta manera. Primero, el “amigo bueno en dar puñetazos” le sonó a Inuzuka Etsu, y Ranko pensó si Yota lo conocía ya.
”Podría ser. No veo por qué no…”
Lo segundo fue que mencionara el nintaijutsu, pues ya se había encontrado a alguien que usaba técnicas similares, allá en el Valle de Unraikyo. El rubio mencionó también que su debilidad era su mente.
Ranko, aún de espaldas al ninja, bajó el rostro un poco y abrió los ojos, fijándolos en sus propias palmas.
”Es tan… Curioso. He encontrado a gente que es tan similar a mí. Kingu-san anhela ser toda una estrella, así como yo deseo ser una ninja legendaria. Inuzuka-san adora entrenar y combatir, tanto o más que yo. A Hanamura-san le gusta la poesía y la reflexión, como a mí. Y Sasagani-san… Bueno, dice que su mente… Suena algo superficial o trillado, pero es como si en realidad no fuésemos tan diferentes unos de otros. Como si todos tuviésemos algo que nos une, de una u otra manera.”
De repente, el comentario de la araña le sacó de su ensimismamiento, y el rubor que había comenzado a desaparecer de su rostro regresó con todo su poder y un poco más. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, como un árbol débil sacudiéndose ante un terremoto de las categorías más altas. Nunca antes le habían sugerido siquiera que alguien estuviese interesado románticamente en ella. Y aunque entendía lo jocosa que al parecer era Kumopansa. La mente de Ranko no podía enfocarse bien, y parecía estar en sobrecarga.
—Q-q-q-qué g-graci-ci-ciosa e-e-es, K-k-kum-mo-p-pansa-s-s-san —Alcanzó a decir apenas. Su boca estaba torcida y sus ojos aguados, como si fuese a estallar en llanto en cualquier momento. ¿Por qué se sentía así?
”Podría ser. No veo por qué no…”
Lo segundo fue que mencionara el nintaijutsu, pues ya se había encontrado a alguien que usaba técnicas similares, allá en el Valle de Unraikyo. El rubio mencionó también que su debilidad era su mente.
Ranko, aún de espaldas al ninja, bajó el rostro un poco y abrió los ojos, fijándolos en sus propias palmas.
”Es tan… Curioso. He encontrado a gente que es tan similar a mí. Kingu-san anhela ser toda una estrella, así como yo deseo ser una ninja legendaria. Inuzuka-san adora entrenar y combatir, tanto o más que yo. A Hanamura-san le gusta la poesía y la reflexión, como a mí. Y Sasagani-san… Bueno, dice que su mente… Suena algo superficial o trillado, pero es como si en realidad no fuésemos tan diferentes unos de otros. Como si todos tuviésemos algo que nos une, de una u otra manera.”
De repente, el comentario de la araña le sacó de su ensimismamiento, y el rubor que había comenzado a desaparecer de su rostro regresó con todo su poder y un poco más. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, como un árbol débil sacudiéndose ante un terremoto de las categorías más altas. Nunca antes le habían sugerido siquiera que alguien estuviese interesado románticamente en ella. Y aunque entendía lo jocosa que al parecer era Kumopansa. La mente de Ranko no podía enfocarse bien, y parecía estar en sobrecarga.
—Q-q-q-qué g-graci-ci-ciosa e-e-es, K-k-kum-mo-p-pansa-s-s-san —Alcanzó a decir apenas. Su boca estaba torcida y sus ojos aguados, como si fuese a estallar en llanto en cualquier momento. ¿Por qué se sentía así?
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