30/03/2019, 05:51
—¿Una misión que no viene de parte de sensei?
—Así es. De rango C en realidad— Iroha le aventó el pergamino.
El genin lo agarró al vuelo y no perdió tiempo para leerlo. Pasó por tres fases distintas de emoción mientras ojeaba aquel papel: La primera, una de infinita incredulidad al ver que se trataba de supuestas apariciones paranormales. La segunda, un poco más de euforia al darse cuenta que podía haber rufianes involucrados en el asunto a los cuales quizás podría romperles las nalgas. La tercera, una decepción al darse cuenta que sólo debía recolectar información para constatar la veracidad de las teorías y que no podría patear culos. "Al menos el solicitante es el mismísimo señor feudal. Oh, no me cansaré de restregárselo en la cara a Kōsen y a Ruzutori cuando se enteren." No había ni puesto un pie en la calle y ya estaba pensando en qué nuevos accesorios de moda iba a comprarse. "Quizás podría comprar una kusari para llevar en la cintura, me serviría más que las delgaditas de plata." Sonrío mientras se alistaba para salir.
Debía ir hasta el edificio de la Arashikage, puesto que no estaba sólo en aquel encargo. En realidad estaría bajo el mandato de un chūnin que además, seguramente le vigilaría para que no cometiera ninguna imprudencia.
Siempre portentoso con sus vestiduras de tipo malo, se encaminaba con ritmo al lugar.
—...Esta sensación ardiente, aviva mi dolor. He crecido, el recuerdo de esos días se desvanece...— cantaba con intensidad mientras ingresaba al edificio, pisando con sonoridad al ritmo de los versos. —Por favor, alguien que me acerque al fuego, déjenme quemarme, yeah yey~. finalizó, sonriente y cruzándose de brazo mientras su mirada oculta bajo sus gafas oteaba entre los presentes en la recepción, pasando su vista por las escaleras y el elevador pero sin detenerse sobre nadie en específico.
—Se me dijo que tenía que reportarme para una misión y se me asignó a un dúo— Con total confianza sacó el pergamino y lo sujetó con su mano diestra, extendiéndolo para que fuese visible el texto inscrito en el mientras mantenía expuesta su dentadura de comercial de dentífrico.
—Así es. De rango C en realidad— Iroha le aventó el pergamino.
El genin lo agarró al vuelo y no perdió tiempo para leerlo. Pasó por tres fases distintas de emoción mientras ojeaba aquel papel: La primera, una de infinita incredulidad al ver que se trataba de supuestas apariciones paranormales. La segunda, un poco más de euforia al darse cuenta que podía haber rufianes involucrados en el asunto a los cuales quizás podría romperles las nalgas. La tercera, una decepción al darse cuenta que sólo debía recolectar información para constatar la veracidad de las teorías y que no podría patear culos. "Al menos el solicitante es el mismísimo señor feudal. Oh, no me cansaré de restregárselo en la cara a Kōsen y a Ruzutori cuando se enteren." No había ni puesto un pie en la calle y ya estaba pensando en qué nuevos accesorios de moda iba a comprarse. "Quizás podría comprar una kusari para llevar en la cintura, me serviría más que las delgaditas de plata." Sonrío mientras se alistaba para salir.
Debía ir hasta el edificio de la Arashikage, puesto que no estaba sólo en aquel encargo. En realidad estaría bajo el mandato de un chūnin que además, seguramente le vigilaría para que no cometiera ninguna imprudencia.
Siempre portentoso con sus vestiduras de tipo malo, se encaminaba con ritmo al lugar.
—...Esta sensación ardiente, aviva mi dolor. He crecido, el recuerdo de esos días se desvanece...— cantaba con intensidad mientras ingresaba al edificio, pisando con sonoridad al ritmo de los versos. —Por favor, alguien que me acerque al fuego, déjenme quemarme, yeah yey~. finalizó, sonriente y cruzándose de brazo mientras su mirada oculta bajo sus gafas oteaba entre los presentes en la recepción, pasando su vista por las escaleras y el elevador pero sin detenerse sobre nadie en específico.
—Se me dijo que tenía que reportarme para una misión y se me asignó a un dúo— Con total confianza sacó el pergamino y lo sujetó con su mano diestra, extendiéndolo para que fuese visible el texto inscrito en el mientras mantenía expuesta su dentadura de comercial de dentífrico.