31/03/2019, 14:25
Entre toda la tensión, Daigo llegó a sentirse algo aliviado a pesar de la agresividad de Ashi, pues parecía que conseguirían ahuyentarlos sin tener que llegar a las manos.
Lo que hizo Kumopansa no contaba porque había usado sus quelíceros.
De un vistazo rápido, Daigo pudo ver que el chico que les había pedido auxilio ahora se encontraba junto a Kumopansa, quien buscaba alguna reacción o respuesta por su parte.
Volvió a dirigir su mirada a Ushi y abrió la boca en un amago de decir algo, de acabar de echarlos de allí con alguna frase molona de un libro de acción, pero Yota fue mucho más rápido que él.
—Habéis cometido un grave error al meteros con mi hermano y ahora pagaréis las consecuencias. Y si, yo que tu iba cagando leches hasta el hospital si no quieres quedarte tieso
Daigo no podía creer lo que estaba escuchando. No solo porque fuese mentira, sino que de verdad no podía creer que estuviera escuchando eso en ese momento.
—El único problema es que antes vas a tener que matarme. O eso o disculparte con mi hermano y besarle los pies.
Llegados a este punto, al peliverde ya le costaba mantener una cara seria ante una mentira tan descarada, pero se vio obligado a dar su mejor esfuerzo o de lo contrario perderían toda su credibilidad.
Daigo alternó su mirada entre Ushi y Ashi con cautela, definitivamente una demanda como aquella no debía de agradarle nada ninguno de los dos.
Luego de formar un sello manual idéntico al que había utilizado anteriormente, el chico sopló con suavidad directamente al arma que el más alto había dejado caer, apartándola de él unos pocos metros.
—Date prisa —dijo—, no nos hagas perder el tiempo.
No se podía creer lo que estaba haciendo, pero en cuanto Yota había empezado con aquello el peliverde se vio obligado a seguirle el juego. Ya no había vuelta atrás.
Lo que hizo Kumopansa no contaba porque había usado sus quelíceros.
De un vistazo rápido, Daigo pudo ver que el chico que les había pedido auxilio ahora se encontraba junto a Kumopansa, quien buscaba alguna reacción o respuesta por su parte.
Volvió a dirigir su mirada a Ushi y abrió la boca en un amago de decir algo, de acabar de echarlos de allí con alguna frase molona de un libro de acción, pero Yota fue mucho más rápido que él.
—Habéis cometido un grave error al meteros con mi hermano y ahora pagaréis las consecuencias. Y si, yo que tu iba cagando leches hasta el hospital si no quieres quedarte tieso
Daigo no podía creer lo que estaba escuchando. No solo porque fuese mentira, sino que de verdad no podía creer que estuviera escuchando eso en ese momento.
—El único problema es que antes vas a tener que matarme. O eso o disculparte con mi hermano y besarle los pies.
Llegados a este punto, al peliverde ya le costaba mantener una cara seria ante una mentira tan descarada, pero se vio obligado a dar su mejor esfuerzo o de lo contrario perderían toda su credibilidad.
Daigo alternó su mirada entre Ushi y Ashi con cautela, definitivamente una demanda como aquella no debía de agradarle nada ninguno de los dos.
Luego de formar un sello manual idéntico al que había utilizado anteriormente, el chico sopló con suavidad directamente al arma que el más alto había dejado caer, apartándola de él unos pocos metros.
—Date prisa —dijo—, no nos hagas perder el tiempo.
No se podía creer lo que estaba haciendo, pero en cuanto Yota había empezado con aquello el peliverde se vio obligado a seguirle el juego. Ya no había vuelta atrás.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.