3/04/2019, 10:07
El cántico terminó - Al fin... - pensó el más grande a la vista. Su rostro se mostró serio, le pareció bastante llamativo el sentimiento que aquél benjamín cantase sobre ese tipo de cosas - Vamos niño... - dijo en tono poco inclusivo - ¿Qué sabrás tú de eso? Un chico tan joven no debería cantar sobre el calor de la batalla... Ni siquiera sabrás lo que es un chidori, muestra un poco de respeto por los verdaderos ninja que protegen a la gente de nuestra aldea - finalizó, mirando directamente a los ojos de aquél que cantaba ante semejante público.
La primera vista sobre él, no sería más que la que un muchacho de once o doce años, por lo que su aspecto no era para nada el de un ninja que, curiosamente, superaba en varias veces la breve, corta y casi inexistente experiencia de Raitaro. A pesar de ello, por mucha parafernalia que portase, la primera idea de Raitaro fue la de un chiquillo que hablaba de más ante él, que era mayor, y aparentemente debía ser más fuerte, más habilidoso y tenía la razón por pura lógica, al menos de un tipo tan purista como Raitaro - Deberías dejar de tomarte ésto a broma, por respeto a ellos... -.
Ahora, mirando al segundo presente, con mirada seria y, hay que decir que algo más cómplice, se dirigía con seriedad de nuevo - Seguro que él también iba a decirte lo mismo... ¿verdad? - decía, esperando sin duda no haberse equivocado. Raitaro quedó mirando a la otra mitad del público, esperando, por supuesto, una respuesta positiva.
La primera vista sobre él, no sería más que la que un muchacho de once o doce años, por lo que su aspecto no era para nada el de un ninja que, curiosamente, superaba en varias veces la breve, corta y casi inexistente experiencia de Raitaro. A pesar de ello, por mucha parafernalia que portase, la primera idea de Raitaro fue la de un chiquillo que hablaba de más ante él, que era mayor, y aparentemente debía ser más fuerte, más habilidoso y tenía la razón por pura lógica, al menos de un tipo tan purista como Raitaro - Deberías dejar de tomarte ésto a broma, por respeto a ellos... -.
Ahora, mirando al segundo presente, con mirada seria y, hay que decir que algo más cómplice, se dirigía con seriedad de nuevo - Seguro que él también iba a decirte lo mismo... ¿verdad? - decía, esperando sin duda no haberse equivocado. Raitaro quedó mirando a la otra mitad del público, esperando, por supuesto, una respuesta positiva.