5/04/2019, 02:02
El poblado era un lugar pequeño y rebosante de vida: la gente se mantenía en movimiento de un sitio para otro, pese a que el clima invitaba más a quedarse en casa… Supuso que en un lugar con semejante clima no era posible esperar que la lluvia cesase para salir, puesto que de hacerlo estarían refugiados de forma perpetua. La calle principal era agradable para recorrer, ya que estaba hecha de tierra firmemente compactada, por lo que no sería un pantanal constante.
Kazuma caminaba sin rumbo fijo, apreciando la arquitectura e ignorando las miradas curiosas al mismo tiempo. Su forma errática de andar y su mirar de perdido le identificaban como visitante… Parecía que la llegada de la expedición había dado mucho de qué hablar.
De pronto, Kazuma escucho una voz ominosa:
—¿Eres del clan...? —pregunto, antes de que el desprevenido joven tropezara de con él—. ¿Vienes para observar la tormenta?
—No pertenezco a ningún clan, señor —aseguro, mirando hacia arriba y mostrando una curiosidad prudente—. Por cierto, y disculpe la pregunta, ¿hay algo que ver en una tormenta?
Kazuma caminaba sin rumbo fijo, apreciando la arquitectura e ignorando las miradas curiosas al mismo tiempo. Su forma errática de andar y su mirar de perdido le identificaban como visitante… Parecía que la llegada de la expedición había dado mucho de qué hablar.
De pronto, Kazuma escucho una voz ominosa:
—¿Eres del clan...? —pregunto, antes de que el desprevenido joven tropezara de con él—. ¿Vienes para observar la tormenta?
—No pertenezco a ningún clan, señor —aseguro, mirando hacia arriba y mostrando una curiosidad prudente—. Por cierto, y disculpe la pregunta, ¿hay algo que ver en una tormenta?