7/04/2019, 18:41
Los ojos de Raitaro se mostraron impresionados. No podía creer lo equivocado que había estado todo aquél tiempo, y es que ahora lo comprendía... Aquél niño era un miembro del clan Yotsuki, como él - Pero si es blanco como la leche... - se guardó para sí mismo. A pesar de ello, si ese joven era del clan, sabía que había cometido un gran error. Ciertamente, ahora entendía que, tal y como dijeron, estaba siendo un total imbécil al no haber aceptado el desafío de un miembro del clan del Rayo - Mis disculpas, niño... No pude detectar que eras un miembro de mi mismo clan, pues tu pigmentación es... Una pista muy convincente de lo contrario... - dijo el grandote, cambiando radicalmente de parecer.
Ahora comprendió que aquél muchacho era un joven ninja que había desarrollado desde mucho antes la técnicas y habilidades del clan, y que por ello tenía tal confianza en sí mismo, y no era para menos - Entiendo tu frustración hacia mí, y siento que he podido ofender el honor de nuestro clan... Te subestimé, pero seguro que no es la primera vez que ocurre... - sugirió Raitaro, excusándose de su error al saberse solamente la personalidad y temple del muchacho. Posicionó su puño izquierdo a la altura de su cadera, serio, pues no era reconfortante sentir que había plantado a un miembro de su clan - Solo se me ocurre un modo de poder zanjar ésto manteniendo el respeto a nuestro nombre... Como nuestros antepasados, aceptaré tu desafío... - sentenció, quedando un segundo en silencio - ...del mismo modo que nuestros ancestros... Choquemos nuestro lariat, si es que conoces su uso... Realicemos el choque de brazos, y el resultado nos honrará a ambos... - propuso convencido.
Ciertamente, no era suyo el desafío, más que uno, Raitaro trataba entonces de honrar el que el chiquillo había hecho antes. Al saber que descendían del mismo linaje, comprendió que debía haber aceptado desde el primer momento, pues en ésta familia se enfrentan de esa forma desde que existe el mismo. El chico tenía razones para subestimar a un Yotsuki que rechazaba un reto, por ello, a Raitaro no le quedaba otra opción que, como mínimo, proponer el choque de lariat... ¿Pasaría factura la falta de entrenamiento?
Ahora comprendió que aquél muchacho era un joven ninja que había desarrollado desde mucho antes la técnicas y habilidades del clan, y que por ello tenía tal confianza en sí mismo, y no era para menos - Entiendo tu frustración hacia mí, y siento que he podido ofender el honor de nuestro clan... Te subestimé, pero seguro que no es la primera vez que ocurre... - sugirió Raitaro, excusándose de su error al saberse solamente la personalidad y temple del muchacho. Posicionó su puño izquierdo a la altura de su cadera, serio, pues no era reconfortante sentir que había plantado a un miembro de su clan - Solo se me ocurre un modo de poder zanjar ésto manteniendo el respeto a nuestro nombre... Como nuestros antepasados, aceptaré tu desafío... - sentenció, quedando un segundo en silencio - ...del mismo modo que nuestros ancestros... Choquemos nuestro lariat, si es que conoces su uso... Realicemos el choque de brazos, y el resultado nos honrará a ambos... - propuso convencido.
Ciertamente, no era suyo el desafío, más que uno, Raitaro trataba entonces de honrar el que el chiquillo había hecho antes. Al saber que descendían del mismo linaje, comprendió que debía haber aceptado desde el primer momento, pues en ésta familia se enfrentan de esa forma desde que existe el mismo. El chico tenía razones para subestimar a un Yotsuki que rechazaba un reto, por ello, a Raitaro no le quedaba otra opción que, como mínimo, proponer el choque de lariat... ¿Pasaría factura la falta de entrenamiento?