7/04/2019, 19:21
Fue cuestión de que Roga preguntase por Kurozuchi, para que éste hiciera acto de aparición. Se le vio venir desde una de las enormes escaleras contiguas que daban acceso desde el ala norte del Torreón. Se le veía un poco preocupado y caminaba con cierta prisa.
—Bueno, Zōzei va a estar bien, mañana estará como nuevo para volver a la rutina. Bastante oportuno, por cierto, porque he recibido una misiva del despacho de la Arashikage. Se os ha asignado vuestra primera misión. ¿Genial, no? —el artista sonrió con galantería y llevó ambos brazos hasta su torso, para cruzarlos—. en cuánto tengamos a ese cabrón disponible nos pondremos en marcha. ¿Estáis de acuerdo? ¿o tenéis mejores cosas que hacer?
—Bueno, Zōzei va a estar bien, mañana estará como nuevo para volver a la rutina. Bastante oportuno, por cierto, porque he recibido una misiva del despacho de la Arashikage. Se os ha asignado vuestra primera misión. ¿Genial, no? —el artista sonrió con galantería y llevó ambos brazos hasta su torso, para cruzarlos—. en cuánto tengamos a ese cabrón disponible nos pondremos en marcha. ¿Estáis de acuerdo? ¿o tenéis mejores cosas que hacer?