8/04/2019, 12:49
El ligero impulso era el último trámite. Los rayos en ambos bandos se acercaban entre sí, atrayéndose por una fuerza más magnética que cualquiera: El ansia de sentir al enemigo en contacto directo. Era una sensación extraña, pues la presión en el pecho era evidente al sentir que se aproximaba a un choque eléctrico a muy poca distancia, pero la voluntad de los miembros de éste clan les daba el aporte justo de placer para que aquello fuese instructivo. El primer choque de Raitaro tendría lugar en una escena épica, llena de matices cinematográficos y tal, aunque lo que realmente cuenta es el hecho. Realmente no era tan magnífico el enfrentamiento, pero no podía ser de otro modo a éstas alturas. Una voz gruñó al unísono de los rayos al chocar, creando una diferencia de intensidades repentino que, desde el primer momento, hizo a Raitaro sentir un acentuado calambre en el brazo ejecutor. Y es que, el pequeño resultó ser más fuerte de lo que pareciese en un principio. Su lariat llevaba un gasto mucho mayor de chakra que el suyo, provocando una potenciación exagerada de la técnica.
En pleno destello, Raitaro apretaba sus músculos en los brazos y las piernas, tratando empujar a Roga en dirección contraria. Prácticamente, se puede decir que un choque de lariat es el equivalente a un pulso, añadiendo en pocas cuentas toda la potencia física y el poder de las técnicas del ninjutsu. Siendo un duelo tan sencillo, le daba un aspecto tremendamente dramático - ¡¡LARIAT!! - exclamó en última instancia, tirando de todo lo que tenía, sirviéndose del máximo chakra posible para equilibrar la cantidad de chakra expulsada, cuyo intento finalizó por sentirse en suspensión inesperadamente...
En pleno destello, Raitaro apretaba sus músculos en los brazos y las piernas, tratando empujar a Roga en dirección contraria. Prácticamente, se puede decir que un choque de lariat es el equivalente a un pulso, añadiendo en pocas cuentas toda la potencia física y el poder de las técnicas del ninjutsu. Siendo un duelo tan sencillo, le daba un aspecto tremendamente dramático - ¡¡LARIAT!! - exclamó en última instancia, tirando de todo lo que tenía, sirviéndose del máximo chakra posible para equilibrar la cantidad de chakra expulsada, cuyo intento finalizó por sentirse en suspensión inesperadamente...