11/04/2019, 16:43
—¡NO!
Las súplicas del peliverde, no obstante, llegaban demasiado tarde e iba a necesitar noquearme para evitar lo que ya había puesto en marcha.
—¿¡Por qué has hecho eso!?
— Porque es lo correcto o... ¿acaso prefieres que estos malnacidos sigan atormentando a la gente de Tanzaku?
Un poco de verborrea motivadora debería servir para animar a Daigo a que me apoyara en lo que acababa de empezar. ambos sicarios yacían en el suelo después del calambrazo que acababan de recibir.
Kumopansa, seguía a lo suyo, junto al que se había presentado como Calabaza.
— ¿Calabaza? ¿Qué clase de nombre es ese? Bueno da igu..
Pero el tipo había aprovechado la nube de humo que había empezado creado uno de los maleantes para escabullirse del lugar y volver a saber nada ni de los matones de Tanzaku ni de los shinobis de la hierba. Por suerte el arácnido no había pasado por alto aquello y se plantó, una vez más, delante del tipo, imponente. Bueno, todo lo imponente que puede ser una araña.
— Oye, Calabaza... ¿donde cojones crees que vas? Estamos haciendo todo este paripé por ti. No me hagas cabrear o tendré que morderte a ti también — advirtió el arácnido obstaculizando la vía de salida del yonki.
— Mierda... Escucha, Daigo, necesito que pares al tipo que está intentando largarse o la cosa se pondrá más fea de lo que ya es. Confío en ti
Mientras tanto, el bajito se acercaba hasta nosotros, esta vez con cara de pocos amigos e intentando intimidarnos. Estaba equipado con un par de nunchakus de madera en ambas extremidades.
—¿Tenemos que hacerlo así?
Me encogí de hombros ante la obviedad de la situación.
— Bueno, no nos habéis dado muchas más opciones, así que supongo que si
• PV:–
• CK:–
Daño recibido
Daño causado
Las súplicas del peliverde, no obstante, llegaban demasiado tarde e iba a necesitar noquearme para evitar lo que ya había puesto en marcha.
—¿¡Por qué has hecho eso!?
— Porque es lo correcto o... ¿acaso prefieres que estos malnacidos sigan atormentando a la gente de Tanzaku?
Un poco de verborrea motivadora debería servir para animar a Daigo a que me apoyara en lo que acababa de empezar. ambos sicarios yacían en el suelo después del calambrazo que acababan de recibir.
Kumopansa, seguía a lo suyo, junto al que se había presentado como Calabaza.
— ¿Calabaza? ¿Qué clase de nombre es ese? Bueno da igu..
Pero el tipo había aprovechado la nube de humo que había empezado creado uno de los maleantes para escabullirse del lugar y volver a saber nada ni de los matones de Tanzaku ni de los shinobis de la hierba. Por suerte el arácnido no había pasado por alto aquello y se plantó, una vez más, delante del tipo, imponente. Bueno, todo lo imponente que puede ser una araña.
— Oye, Calabaza... ¿donde cojones crees que vas? Estamos haciendo todo este paripé por ti. No me hagas cabrear o tendré que morderte a ti también — advirtió el arácnido obstaculizando la vía de salida del yonki.
— Mierda... Escucha, Daigo, necesito que pares al tipo que está intentando largarse o la cosa se pondrá más fea de lo que ya es. Confío en ti
Mientras tanto, el bajito se acercaba hasta nosotros, esta vez con cara de pocos amigos e intentando intimidarnos. Estaba equipado con un par de nunchakus de madera en ambas extremidades.
—¿Tenemos que hacerlo así?
Me encogí de hombros ante la obviedad de la situación.
— Bueno, no nos habéis dado muchas más opciones, así que supongo que si
Estado de Yotita
• PV:
160/160
• CK:
220/220
Daño recibido
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa