19/04/2019, 16:49
(Última modificación: 19/04/2019, 19:45 por Uchiha Akame. Editado 6 veces en total.)
Akame rió por lo bajo mientras veía al músico apagar el cigarro y guardárselo para luego.
—Una retirada a tiempo es una victoria, supongo —admitió—. Tanzaku Gai no se construyó en un día. Igual, el tabaco no es para todo el mundo, o eso dicen; además de ser bastante perjudicial para los pulmones a largo plazo. Oí de gente que, tras una vida entera fumando, ha muerto con el pecho ennegrecido por dentro, como un horno repleto de hollín. Yo sólo fumo porque, bueno, ¿de algo hay que morir, no?
Las palabras del renegado cobraban un sentido profundamente irónico para él mismo, que le obligaba a reír por dentro, muestra de que si bien Uchiha Akame el Profesional había muerto, no así su áspero sentido del humor. Mientras continuaban la caminata y la conversación, el renegado apuró su cigarrillo y lo tiró al suelo, apagando la colilla con el tacón de sus botas. Luego bajó la mirada.
—Así es, Rōga-san. Soy un trotamundos, voy de aquí para allá, me detengo cuando estoy cansado, como cuando tengo hambre y bebo cuando tengo sed. No tengo un destino ni un hogar al que volver, así que me dejo llevar por el viento del camino... —«coño, qué poético me salió eso»—. También soluciono problemas... Si la paga es buena.
Pese a que había verdad en las palabras del vagabundo, Rōga podría notar claramente que Akame le estaba mintiendo. Al menos, en parte.
—Puede que mi nombre no tenga ningún significado especial, puede que sí —dijo, de repente—. Pero es mi firme convicción que, en esta vida, uno tiene que darle importancia por sí mismo a los nombres. Has cantado para mí, King Rōga, por eso voy a compartir contigo una parte del mío.
»Me dicen Suzaku.
—Una retirada a tiempo es una victoria, supongo —admitió—. Tanzaku Gai no se construyó en un día. Igual, el tabaco no es para todo el mundo, o eso dicen; además de ser bastante perjudicial para los pulmones a largo plazo. Oí de gente que, tras una vida entera fumando, ha muerto con el pecho ennegrecido por dentro, como un horno repleto de hollín. Yo sólo fumo porque, bueno, ¿de algo hay que morir, no?
Las palabras del renegado cobraban un sentido profundamente irónico para él mismo, que le obligaba a reír por dentro, muestra de que si bien Uchiha Akame el Profesional había muerto, no así su áspero sentido del humor. Mientras continuaban la caminata y la conversación, el renegado apuró su cigarrillo y lo tiró al suelo, apagando la colilla con el tacón de sus botas. Luego bajó la mirada.
—Así es, Rōga-san. Soy un trotamundos, voy de aquí para allá, me detengo cuando estoy cansado, como cuando tengo hambre y bebo cuando tengo sed. No tengo un destino ni un hogar al que volver, así que me dejo llevar por el viento del camino... —«coño, qué poético me salió eso»—. También soluciono problemas... Si la paga es buena.
Pese a que había verdad en las palabras del vagabundo, Rōga podría notar claramente que Akame le estaba mintiendo. Al menos, en parte.
—Puede que mi nombre no tenga ningún significado especial, puede que sí —dijo, de repente—. Pero es mi firme convicción que, en esta vida, uno tiene que darle importancia por sí mismo a los nombres. Has cantado para mí, King Rōga, por eso voy a compartir contigo una parte del mío.
»Me dicen Suzaku.