21/04/2019, 11:22
A riesgo de quedarse durmiendo, Daruu se levantó y tomó guardia parado a dos metros de la hoguera. Cambiaba de dirección a cada rato, caminando tranquilamente alrededor de la circunferencia de la tienda de campaña y el fuego. Le hubiese gustado decir que aquella guardia pasó sin pena ni gloria, pero cuando estaba a punto de cambiarse con Roga, un extraño sonido les despertó...
...a los tres. Porque era imposible que aquél horrible lamento no los despertase. Era una mezcla de una puerta oxidada cerrándose y un grupo grande de gritos ahogados. Daruu retrocedió instintivamente y hasta Asuko, que estaba deseando buscar rastros de lo paranormal, se levantó de golpe y se acercó a él asustada —eso sí, asiendo primero su cámara de fotos—.
—Roga —dijo Daruu—. ¿Se te ocurre una explicación razonable para esto? Porque a mi...
Lo vieron entonces. Luces que subían desde las lápidas. Pequeños hilos de energía blanca que subían de forma visible y se perdían en el cielo.
...a los tres. Porque era imposible que aquél horrible lamento no los despertase. Era una mezcla de una puerta oxidada cerrándose y un grupo grande de gritos ahogados. Daruu retrocedió instintivamente y hasta Asuko, que estaba deseando buscar rastros de lo paranormal, se levantó de golpe y se acercó a él asustada —eso sí, asiendo primero su cámara de fotos—.
—Roga —dijo Daruu—. ¿Se te ocurre una explicación razonable para esto? Porque a mi...
Lo vieron entonces. Luces que subían desde las lápidas. Pequeños hilos de energía blanca que subían de forma visible y se perdían en el cielo.