22/04/2019, 03:54
¡No es chakra!
No era chakra
¿Cómo que no era chakra?
¿Cómo que no era chakra?
Parpadeó varias veces mientras alzaba ambas cejas. "No es chakra. ¡IMPOSIBLE!" Quizás el aparato se había averiado justo en esos momentos, quizás ella lo usó mal, pero se negaba a creer que aquello no era obra de artes ninja. Quizás eran efectos especiales muy buenos y alguien grababa una película sin tener los permisos de filmación en el cementerio. O quizás...
—Are you serious?— le miró con total incredulidad.
Daruu estaba por sugerir que investigaran, y el Yotsuki estaba a punto de protestarle. ¿Dejar a Asuko sola? Si iba a correr peligro en aquel sitio mejor que fuera con ellos que podían resguardarla a dejarla a su suerte en medio de la nada. Y sin embargo, ni el chūnin terminó de plantear las cosas ni el genin pudo alegar debido a un terrible y agudo sonido que atacó sus tímpanos con desgarrante agudeza.
—¡Arggggggggg!— Apretó los dientes mientras intentaba proteger sus orejas con las manos, en vano.
"¿¡Una bomba sonora!? No, es continuo. ¿QUÉ MIERDA ES ESE RECHINIDO?" Cerró el ojo izquierdo, mientras con el derecho entreabierto observaba la escena sacada de manga de ciencia ficción a su alrededor. "Necesitamos sacar una constancia de lo que está ocurriendo, pero Arashi no podrá tomar una fotografía en estas condiciones. ¡MALDITA SEA!" Por más que pensaba en una solución, nada era coherente.
—A-hí...— pronunció con voz apenas audible, que de por sí era difícil que le escucharan. Observó la misteriosa ruta que parecían trazar los misteriosos hilos de energía.
¿Qué era aquello? Más de lo que hubiesen esperando. ¿Tendría la capacidad para lidiar con ello? Quizás no. ¿Alguna vez se había detenido cuando algo parecía superarle? Nunca en su jodida vida. "Y esta, no va a ser la primera vez." Sonrió, emocionado. Aún cuando un pitido iba a quedarle dentro de la cabeza, sonrío. Sonrío, porque Daruu tuvo razón en que nunca estaría preparado para lo que pudiesen encontrar. Si iba a lanzarse de cara al barranco, al menos iba a tomar aviada antes de ello.
Hizo el amago de abrir los ojos, volteando el rostro para observar a Daruu. Buscaba en él, la última palabra. La que le dijera que iban a seguir adelante hasta descubrir que era aquello, con todos los riesgos implicados.