24/04/2019, 17:04
El chico tomó un canchinflin de su bolsa, pero antes de poder encender la mecha fue interrumpido por las estrellas que impactaron en sus costados, obligándole a soltar sus instrumentos. Se quejó al momento, justo cuando el renegado se abalanzó en su contra y le sometió de forma tan eficiente que el pobre chico no tuvo opción a defenderse, quedando imposibilitado de hacer nada.
—¡Kijkijkij!— Sollozó con una voz tan suave y dulce, que parecía mentira que acabase de salir de esos labios secos y maltratados.
—No te sientas incómodo, tampoco es que lea mentes— Afirmó al notar la reacción interna del Uchiha. —Es normal que la gente piense que invado su privacidad, pero realmente necesitaría una buena sesión para ello—. Sonrío juguetona.
Fue cuando él le pregunto sobre Kiyoshi, que pasó de la alegría a la melancolía.
—Es mi único amigo, el único que no me trata cómo la gran elegida de los espíritus. Es un chico marginado del pueblo del que la gente se burla mucho por su condición. Le expliqué mi situación, y prometió ayudarme a escapar de laguna manera— Cruzó sus pies y se llevó las manos atrás de la espalda. —No sé que pretendía. Aún interrumpiendo la ceremonia no tengo a donde ir. Estoy casi segura que fue él quién atacó la procesión. En un inicio pensé que no se animaría ya que es alguien muy cohibido y temeroso, pero tengo mis dudas— negó con la cabeza. —Según me dijeron, se estima que el alcance de mi don es de unos quince metros, pero quién atacó estaba demasiado lejos. Y aún si hubiese podido identificar las intenciones de quién lo hizo, no puedo saber quién es la persona.
—¡Kijkijkij!— Sollozó con una voz tan suave y dulce, que parecía mentira que acabase de salir de esos labios secos y maltratados.
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—No te sientas incómodo, tampoco es que lea mentes— Afirmó al notar la reacción interna del Uchiha. —Es normal que la gente piense que invado su privacidad, pero realmente necesitaría una buena sesión para ello—. Sonrío juguetona.
Fue cuando él le pregunto sobre Kiyoshi, que pasó de la alegría a la melancolía.
—Es mi único amigo, el único que no me trata cómo la gran elegida de los espíritus. Es un chico marginado del pueblo del que la gente se burla mucho por su condición. Le expliqué mi situación, y prometió ayudarme a escapar de laguna manera— Cruzó sus pies y se llevó las manos atrás de la espalda. —No sé que pretendía. Aún interrumpiendo la ceremonia no tengo a donde ir. Estoy casi segura que fue él quién atacó la procesión. En un inicio pensé que no se animaría ya que es alguien muy cohibido y temeroso, pero tengo mis dudas— negó con la cabeza. —Según me dijeron, se estima que el alcance de mi don es de unos quince metros, pero quién atacó estaba demasiado lejos. Y aún si hubiese podido identificar las intenciones de quién lo hizo, no puedo saber quién es la persona.