1/05/2019, 13:17
Aquel día de verano hacia un calor de lo más insoportable. Desde luego que se podía decir que ya era temporada alta para sitios como aquel que, en algún que otro momento sería explotado como reclamo turístico. cuando se supiese qué diantres eran aquellas ruinas olvidadas de la mano de Dios. La humedad propia no ayudaba, sino que acentuaba aquella sensación de estar entre las mismísimas llamas del Yomi, provocando regueros de sudor en la piel de los que osaban adentrarse a aquel lugar.
Uno de aquellos osados era yo, que solía frecuentar aquel lugar cuando me apetecía hacer uno de mis pequeños retiros de meditación.El lugar era perfecto, apenas estaba transitado y para mí era acogedor. Tenía el culo depositado sobre una de esas piedras de mármol que a su vez tenía algo de vegetación por encima. Piernas cruzadas y manos sobre las rodillas, ojos cerrados y el intento de dejar la mente en blanco para que fuese transportado a un lugar entre lo real y lo irreal.
—¿Crees que son...?
Pero la inquietud de Kumopansa sobre mi cabeza y la presencia de alguien que me resultaba familiar, aunque no terminaba de ubicar me sacaron de todo posible trance.
«Está bien, está bien, ya lo he captado»
Puse mi mano derecha sobre la superficie en la que estaba asentado y poco a poco me fui levantando. Miraba a lado y lado pero no vi a nadie.
— Venga, no me jodas, tu también lo has oído, Kumopansa, ¿verdad?
Obviamente me refería a la voz que habíamos escuchado previamente, aunque empezaba a tener mis dudas. Igual la meditación estaba empezando a dar sus frutos.
— No sé, tío, la verdad es que todo esto es aburrido, ¿por qué seguimos haciendo estos viajes de meditación? Son una pérdida de tiempo, colega
Supongo que era pedir demasiado que el arácnido respetase todo aquello. Ella no era así, ella era de lanzarse a pelear ante la mínima oportunidad. Le iba la adrenalina, creo que hasta la ponía cachonda, pero la meditación y ese tipo de cosas que ella calificaba de aburridas también formaban parte del jornal de un ninja.
Pero ahora quería saber quién mierdas andaba por ahí.
— ¡¿Quién anda ahí?!
Kumopansa escaló uno de los muros de piedra medio derruida para ver si podía visualizar algo.
Uno de aquellos osados era yo, que solía frecuentar aquel lugar cuando me apetecía hacer uno de mis pequeños retiros de meditación.El lugar era perfecto, apenas estaba transitado y para mí era acogedor. Tenía el culo depositado sobre una de esas piedras de mármol que a su vez tenía algo de vegetación por encima. Piernas cruzadas y manos sobre las rodillas, ojos cerrados y el intento de dejar la mente en blanco para que fuese transportado a un lugar entre lo real y lo irreal.
—¿Crees que son...?
Pero la inquietud de Kumopansa sobre mi cabeza y la presencia de alguien que me resultaba familiar, aunque no terminaba de ubicar me sacaron de todo posible trance.
«Está bien, está bien, ya lo he captado»
Puse mi mano derecha sobre la superficie en la que estaba asentado y poco a poco me fui levantando. Miraba a lado y lado pero no vi a nadie.
— Venga, no me jodas, tu también lo has oído, Kumopansa, ¿verdad?
Obviamente me refería a la voz que habíamos escuchado previamente, aunque empezaba a tener mis dudas. Igual la meditación estaba empezando a dar sus frutos.
— No sé, tío, la verdad es que todo esto es aburrido, ¿por qué seguimos haciendo estos viajes de meditación? Son una pérdida de tiempo, colega
Supongo que era pedir demasiado que el arácnido respetase todo aquello. Ella no era así, ella era de lanzarse a pelear ante la mínima oportunidad. Le iba la adrenalina, creo que hasta la ponía cachonda, pero la meditación y ese tipo de cosas que ella calificaba de aburridas también formaban parte del jornal de un ninja.
Pero ahora quería saber quién mierdas andaba por ahí.
— ¡¿Quién anda ahí?!
Kumopansa escaló uno de los muros de piedra medio derruida para ver si podía visualizar algo.
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
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