2/05/2019, 17:09
Akame no dijo nada ante la contestación de su joven e impulsivo compañero, dejando que una de sus cejas mostrase ligeramente la molestia que estaba empezando a provocarle la actitud rebelde de aquel muchacho. Al principio lo había encontrado ocurrente y divertido, suficiente para entretenerse durante un rato, pero llegados a aquel punto el hábito de Rōga comenzaba a irritarle. «Es un jovenzuelo, probablemente un genin a juzgar por el poder de su chakra, y se permite comportarse como si fuera el maldito Arashikage», se quejó para sí el Uchiha. Sin embargo, Akame sabía que Rōga era un potencial aliado muy útil en el entuerto en que acababan de meterse, y no planeaba ponerlo en su contra a la primera de cambio.
En esas estaban cuando Kiyoshi les condujo hasta lo que —probablemente— era su escondrijo; apenas una grieta en la roca de la pared montañosa. Akame se acercó con paso seguro pero precavido, consciente de que la impaciencia de su Kage Bunshin —que en realidad era la suya propia— al tratar con Kiyoshi le había valido la desconfianza de éste.
—¿Es aquí, Kiyoshi-san? —quiso saber el exjōnin—. Okawa, será mejor que te resguardes aquí por el momento. Rōga-san y yo podemos ir al pueblo a buscar algo de comer y beber. Pero antes necesito preguntarte otra vez... ¿No tienes idea de quién puede estar detrás tuya?
El renegado volvió para mirar al de la Tormenta, interrogante. ¿Estaba dispuesto a comprometerse de verdad?
En esas estaban cuando Kiyoshi les condujo hasta lo que —probablemente— era su escondrijo; apenas una grieta en la roca de la pared montañosa. Akame se acercó con paso seguro pero precavido, consciente de que la impaciencia de su Kage Bunshin —que en realidad era la suya propia— al tratar con Kiyoshi le había valido la desconfianza de éste.
—¿Es aquí, Kiyoshi-san? —quiso saber el exjōnin—. Okawa, será mejor que te resguardes aquí por el momento. Rōga-san y yo podemos ir al pueblo a buscar algo de comer y beber. Pero antes necesito preguntarte otra vez... ¿No tienes idea de quién puede estar detrás tuya?
El renegado volvió para mirar al de la Tormenta, interrogante. ¿Estaba dispuesto a comprometerse de verdad?