2/05/2019, 20:29
Akame se mantuvo en silencio mientras Okawa y Rōga llevaban a cabo un breve pero nada amistoso intercambio de palabras. «Era de esperar, la altivez de ella choca frontalmente con la impulsividad de él», se dijo el Uchiha, meneando ligeramente la cabeza con resignación. Luego, siguió al ninja de Amegakure de vuelta al sendero principal. Akame quería hacer algo respecto al plan —no confiaba en Kiyoshi, y mucho menos pensaba que Okawa estuviera segura allí—; si alguien les había seguido, era una necedad dejar a los dos mozos solos en mitad del bosque.
Sin embargo, antes de que tuviera ocasión de ejecutar una medida de vigilancia preventiva, Rōga le asaltó con varias cuestiones. «¿"A qué viene ese recelo"?» Akame parpadeó un par de veces, sorprendido por la brutal honestidad del ninja, que no sabía si catalogar de ingenio o ingenuidad. El renegado se cruzó de brazos, serio.
—¿Qué mosquito te ha picado? —replicó, tajante—. No sé a qué recelo te refieres, pero en la vida de un ninja hay muchos momentos de tensión. Eso es algo con lo que vas a tener que aprender a vivir, "futura estrella musical" —apostilló—. No me malinterpretes, soy la última persona que podría culpar a alguien por querer poner tierra de por medio entre él y toda esa sarta de tonterías del Camino del Ninja, pero si lo que pretendes es que confíe mi vida a un shinobi extranjero y extraño, vas de boca y cuesta abajo.
El propio Akame no tenía intención alguna de poner mala relación entre ambos, y sus palabras eran sinceras; aunque fuesen duramente sinceras.
—Mira, Rōga-san... Mi objetivo ahora mismo es poner a esta chica a salvo. Parece que el tuyo también, y también entiendes que tendremos más posibilidades de éxito si colaboramos. En eso estoy de acuerdo —agregó finalmente, tratando de quitarle hierro al asunto—. Simplemente hagamos eso, imagina que estás en una de tus misiones. Seamos profesionales y todo saldrá bien.
Sin embargo, antes de que tuviera ocasión de ejecutar una medida de vigilancia preventiva, Rōga le asaltó con varias cuestiones. «¿"A qué viene ese recelo"?» Akame parpadeó un par de veces, sorprendido por la brutal honestidad del ninja, que no sabía si catalogar de ingenio o ingenuidad. El renegado se cruzó de brazos, serio.
—¿Qué mosquito te ha picado? —replicó, tajante—. No sé a qué recelo te refieres, pero en la vida de un ninja hay muchos momentos de tensión. Eso es algo con lo que vas a tener que aprender a vivir, "futura estrella musical" —apostilló—. No me malinterpretes, soy la última persona que podría culpar a alguien por querer poner tierra de por medio entre él y toda esa sarta de tonterías del Camino del Ninja, pero si lo que pretendes es que confíe mi vida a un shinobi extranjero y extraño, vas de boca y cuesta abajo.
El propio Akame no tenía intención alguna de poner mala relación entre ambos, y sus palabras eran sinceras; aunque fuesen duramente sinceras.
—Mira, Rōga-san... Mi objetivo ahora mismo es poner a esta chica a salvo. Parece que el tuyo también, y también entiendes que tendremos más posibilidades de éxito si colaboramos. En eso estoy de acuerdo —agregó finalmente, tratando de quitarle hierro al asunto—. Simplemente hagamos eso, imagina que estás en una de tus misiones. Seamos profesionales y todo saldrá bien.