3/05/2019, 22:42
Los guardias no tardaron en apretar el paso, y con ello, en bajar la atención a su retaguardia. Daruu les siguió de cerca tratando de hacer el menor ruido posible. Sus pies, certeros y diestros, no levantaban siquiera el polvo, pero se las apañaba para ser al menos un poco más rápido que ellos. Esperó a que uno adelantase al otro, formuló un sello con una mano, y desplegó la vaina de una katana aparentemente sin hoja. No era así, en realidad estaba oculta, como Roga, si se giraba para ver el espectáculo, comprobaría enseguida.
Daruu clavó la espada con facilidad por detrás del primer guardia, que ahogó un grito alertando al segundo. Se dio la vuelta justo a tiempo para bloquear el corte diagonal del chūnin. Los dos quedaron atrapados en un choque de fuerzas.
—Y bien, ¿qué os traéis entre manos, eh? ¿Quién eres?
—¡Shinobi! Perro sarnoso... Sabía que teníamos que contratar algún ninja mercenario exiliado.
—¡Roga, ahora, noquéale pero no lo mates! —«Veremos lo que esconde esa cabecita tuya.»
El guardia miraba de reojo, alarmado, pero si le quitaba la atención a Daruu probablemente pasaría peor rato así que decidió seguir manteniendo un choque de espadas en el que ya había un ganador.
Daruu clavó la espada con facilidad por detrás del primer guardia, que ahogó un grito alertando al segundo. Se dio la vuelta justo a tiempo para bloquear el corte diagonal del chūnin. Los dos quedaron atrapados en un choque de fuerzas.
—Y bien, ¿qué os traéis entre manos, eh? ¿Quién eres?
—¡Shinobi! Perro sarnoso... Sabía que teníamos que contratar algún ninja mercenario exiliado.
—¡Roga, ahora, noquéale pero no lo mates! —«Veremos lo que esconde esa cabecita tuya.»
El guardia miraba de reojo, alarmado, pero si le quitaba la atención a Daruu probablemente pasaría peor rato así que decidió seguir manteniendo un choque de espadas en el que ya había un ganador.