2/11/2015, 23:11
¿Que otra cosa iba a hacer Ritsuko fuera de casa aparte de molestar personas? Hablar con su madre, sin importar la cantidad de personas que haya a su alrededor y la mire muy mal por estar hablando sola, eso y su máscara, la cual en conjunto con su maquillaje la hace verse como una verdadera calavera y peor si cierra los ojos y está con su capucha puesta. En esos casos su extensa cabellera carmesí desaparece y solo es posible ver eso, una calavera.
Así que con solo hacer acto de presencia, esta kunoichi logra poner incómoda a casi cualquier persona a excepción de shinobis y soldados que pareciera que están acostumbrados a ver ese tipo de cosas. - No, me gusta tu cráneo y no pienso sacármelo. - Sentenció la pelirroja mientras caminaba por la baranda del inmenso puente Kannabi. - Vamos Ritsuko... Todo el mundo te mira mal. - Decía la suplicante fémina que la acompañaba y que nadie más lograba ver.
Si bien, había infinidad de personas yendo y viniendo, ninguna le llamaba la atención a la chica como para lograr que el ente imaginario desapareciera y por ello era que entablaba conversación con tanta naturalidad.
El paso por el puente no fue nada destacable, simplemente pasó y nada ocurrió, nadie que le llamase la atención ni nadie que la detuviese, por lo que siguió adelante hasta encontrarse con algo que no recordaba haber visto en ningún mapa y eso era un pueblo un tanto peculiar. - ¿Tú sabías de este pueblo...? - Preguntó la madre de Ritsuko que ya estaba transitando aquellas calles. - No... Recién me entero... - Respondió mientras llevaba la mirada de un lado a otro analizando cada construcción, hasta que se encontró un puesto en el que vendían pescados asados y no pudo evitar gastarse unas monedas en uno.
Cuando quiso acordarse, la pelirroja ya había salido del sector comercial del pueblo y se encontraba recorriendo calles de lo que parecía ser el área residencial, deducción tomada principalmente a la ropa colgada de algunas ventanas, gente que salía y cerraba con llave, y otras tantas cosas similares. Pero lo importante esta vez, fue una especie de 'tumulto' de gente que se había formado casi que por el centro de la calle y para colmo venía en su dirección. - ¿Vas a ir a ver o te alejarás...? - Preguntó la mujer mientras Ritsuko ya se encaminaba al lugar en cuestión con el pescado en su boca.
Luego de atravesar cierta multitud, Ritsuko se llevó la sorpresa de que el punto central de ese 'círculo' era una joven con unas marcas en su rostro que lucía su bandana shinobi en la frente. De Uzushiogakure según recordaba la chica, pero no le interesaba en lo más mínimo ni tampoco se molestaría en ocultar su bandana que estaba atada a su cintura ayudando a que la gabardina se mantuviese en su lugar pese a la falta de botones y bragueta.
- ¿También te gusta maquillarte? - Fue lo primero que preguntó la pelirroja inclinando la cabeza levemente a la izquierda antes de dar una mordida a su pescado y sin dar importancia a que aun traía la capucha y la máscara puestas.
Así que con solo hacer acto de presencia, esta kunoichi logra poner incómoda a casi cualquier persona a excepción de shinobis y soldados que pareciera que están acostumbrados a ver ese tipo de cosas. - No, me gusta tu cráneo y no pienso sacármelo. - Sentenció la pelirroja mientras caminaba por la baranda del inmenso puente Kannabi. - Vamos Ritsuko... Todo el mundo te mira mal. - Decía la suplicante fémina que la acompañaba y que nadie más lograba ver.
Si bien, había infinidad de personas yendo y viniendo, ninguna le llamaba la atención a la chica como para lograr que el ente imaginario desapareciera y por ello era que entablaba conversación con tanta naturalidad.
El paso por el puente no fue nada destacable, simplemente pasó y nada ocurrió, nadie que le llamase la atención ni nadie que la detuviese, por lo que siguió adelante hasta encontrarse con algo que no recordaba haber visto en ningún mapa y eso era un pueblo un tanto peculiar. - ¿Tú sabías de este pueblo...? - Preguntó la madre de Ritsuko que ya estaba transitando aquellas calles. - No... Recién me entero... - Respondió mientras llevaba la mirada de un lado a otro analizando cada construcción, hasta que se encontró un puesto en el que vendían pescados asados y no pudo evitar gastarse unas monedas en uno.
Cuando quiso acordarse, la pelirroja ya había salido del sector comercial del pueblo y se encontraba recorriendo calles de lo que parecía ser el área residencial, deducción tomada principalmente a la ropa colgada de algunas ventanas, gente que salía y cerraba con llave, y otras tantas cosas similares. Pero lo importante esta vez, fue una especie de 'tumulto' de gente que se había formado casi que por el centro de la calle y para colmo venía en su dirección. - ¿Vas a ir a ver o te alejarás...? - Preguntó la mujer mientras Ritsuko ya se encaminaba al lugar en cuestión con el pescado en su boca.
Luego de atravesar cierta multitud, Ritsuko se llevó la sorpresa de que el punto central de ese 'círculo' era una joven con unas marcas en su rostro que lucía su bandana shinobi en la frente. De Uzushiogakure según recordaba la chica, pero no le interesaba en lo más mínimo ni tampoco se molestaría en ocultar su bandana que estaba atada a su cintura ayudando a que la gabardina se mantuviese en su lugar pese a la falta de botones y bragueta.
- ¿También te gusta maquillarte? - Fue lo primero que preguntó la pelirroja inclinando la cabeza levemente a la izquierda antes de dar una mordida a su pescado y sin dar importancia a que aun traía la capucha y la máscara puestas.