6/05/2019, 23:37
Un escalofrío le invadió.
Dos cuerpos en el suelo, y enfrente, la parca misma. No supo que hacer cuando Asuko estaba en peligro, pero antes de poder siquiera desviar la mirada el chuunin ya se había cruzado entre el ente y la chica. "NONONONONONONONO. Esto no está pasando, eso que está ahí no puede ser real. Ay, Amenokami. Nunca te he pedido nada, pero si esto es real, por esta vez... Apretó los puños y los dientes.
El Yotsuki pegaría un salto hasta la posición donde cayó Asuko, queriendo pararse delante de ella para interponerse entre la muchacha y la monstruosa entidad en la que Daruu había sido transformado. "Habla. Pero esta voz, no es Amedama del todo, es como si fuera la de él pero más fantasmagórica. Si de verdad un ente demoníaco se ha metido en su cuerpo... ¿Cómo se supone que puedo arreglar esto? ¡No sé una mierda de exorcismos!" Tenía que admitirlo, estaba sudando frío. Por mucho que presumiera de poder con todo y contra todos, en ese momento dudó un poco. Y se maldijo por ello, por dudar. "MIERDA LOBO REACCIONA. ¿Dijiste que ibas a resolver esto aunque fuese contra un dios de la muerte, verdad? Entonces sal ahí, SAL AHÍ Y PATEA SU CULO." Sonrió nervioso, maquinando a mil por hora una posible solución. "¿Donde hay un onmyōji cuando lo necesitas?" Y sin embargo, tenía algo claro. Si hablaba, razonaba. Pero aquel espectro no hizo sino soltar acusaciones y falacias, de esas que le estallaban la vena en la cabeza al Yotsuki. Oh, a él no iban a soltarle injurias en su cara ni porque fuera el hades mismo.
—Excuse me?— Pronunció con su gallardo acento —Has tomado la vida de aquellos que te dieron su devoción, has intentado tomarla vida de esta pobre chica. ¿Qué te da derecho a ti de tal cosa? Y encima, me acusas A MÍ de ser un asesino— Se señaló a si mismo con el dedo pulgar. —Hablas de dignidad cuando sueltas una calumnia sin razón de ser. No puedo aceptar semejante injuria— El frío se fue, los temblores también. Oh sí, porque él sabía quién era. —Tengo pecados igual que todos, pero derramar sangre inocente no es uno de ellos— Por un instante vio de reojo a Asuko. Recordó lo que le prometió, en lo que odiaría no cumplir su promesa.
"No todo está perdido, ahí adentro, está él. ¡Está peleando y yo debo imitarlo!" Inmediatamente pasó a su postura de batalla, flexionando rodillas y estirando las piernas. "Si me quiere a mí primero, ella podrá escapar." Sus manos estaban abiertas, con los dedos encorvados formando garras. Su diestra trazó un arco hasta quedar frente a su pecho, mientras la zurda terminó detrás de la espalda.
—Vas a dejar ir a Amedama— No era una sugerencia, no era una amenaza. Todos sabemos que era esa convicción. —Come at me bro!— sonrío enseñando los dientes.
Dos cuerpos en el suelo, y enfrente, la parca misma. No supo que hacer cuando Asuko estaba en peligro, pero antes de poder siquiera desviar la mirada el chuunin ya se había cruzado entre el ente y la chica. "NONONONONONONONO. Esto no está pasando, eso que está ahí no puede ser real. Ay, Amenokami. Nunca te he pedido nada, pero si esto es real, por esta vez... Apretó los puños y los dientes.
El Yotsuki pegaría un salto hasta la posición donde cayó Asuko, queriendo pararse delante de ella para interponerse entre la muchacha y la monstruosa entidad en la que Daruu había sido transformado. "Habla. Pero esta voz, no es Amedama del todo, es como si fuera la de él pero más fantasmagórica. Si de verdad un ente demoníaco se ha metido en su cuerpo... ¿Cómo se supone que puedo arreglar esto? ¡No sé una mierda de exorcismos!" Tenía que admitirlo, estaba sudando frío. Por mucho que presumiera de poder con todo y contra todos, en ese momento dudó un poco. Y se maldijo por ello, por dudar. "MIERDA LOBO REACCIONA. ¿Dijiste que ibas a resolver esto aunque fuese contra un dios de la muerte, verdad? Entonces sal ahí, SAL AHÍ Y PATEA SU CULO." Sonrió nervioso, maquinando a mil por hora una posible solución. "¿Donde hay un onmyōji cuando lo necesitas?" Y sin embargo, tenía algo claro. Si hablaba, razonaba. Pero aquel espectro no hizo sino soltar acusaciones y falacias, de esas que le estallaban la vena en la cabeza al Yotsuki. Oh, a él no iban a soltarle injurias en su cara ni porque fuera el hades mismo.
—Excuse me?— Pronunció con su gallardo acento —Has tomado la vida de aquellos que te dieron su devoción, has intentado tomarla vida de esta pobre chica. ¿Qué te da derecho a ti de tal cosa? Y encima, me acusas A MÍ de ser un asesino— Se señaló a si mismo con el dedo pulgar. —Hablas de dignidad cuando sueltas una calumnia sin razón de ser. No puedo aceptar semejante injuria— El frío se fue, los temblores también. Oh sí, porque él sabía quién era. —Tengo pecados igual que todos, pero derramar sangre inocente no es uno de ellos— Por un instante vio de reojo a Asuko. Recordó lo que le prometió, en lo que odiaría no cumplir su promesa.
"No todo está perdido, ahí adentro, está él. ¡Está peleando y yo debo imitarlo!" Inmediatamente pasó a su postura de batalla, flexionando rodillas y estirando las piernas. "Si me quiere a mí primero, ella podrá escapar." Sus manos estaban abiertas, con los dedos encorvados formando garras. Su diestra trazó un arco hasta quedar frente a su pecho, mientras la zurda terminó detrás de la espalda.
—Vas a dejar ir a Amedama— No era una sugerencia, no era una amenaza. Todos sabemos que era esa convicción. —Come at me bro!— sonrío enseñando los dientes.