7/05/2019, 12:50
— Maldita sea, Kumopansa, ¡¡comportaaaaaaaaaa....!!
No pude ser capaz de detener aquello, ni siquiera de terminar la frase. Había tratado de evitar que Kumopansa siguiera molestando a aquella pobre kunoichi a la que el arácnido solo reconocía como la jinchuriki. Pero algo sucedió puesto eue el suelo que estábamos pisando se abrió de par en par y los 3 caímos al vacío esperando una caída fatal.
No obstante, pensábamos que nuestras piernas iban a partirse al impactar con el suelo...
¡¡¡CHOOOOF!!!
De pronto nos vimos completamente sumergidos en una masa de agua. Aquel debía de haber sido un guiño de los dioses que nos acababan de perdonar la vida. Al menos de forma momentánea. Patalee y me dispuse a sacar la cabeza del agua para poder dar una fuerte bocanada de aire.
— ¡MIERDA, ME AHOGO, SOCORRO!
Como siempre, Kumopansa con su toque dramático era única en su especie.
—¡¿Yota?! ¿¡Arañita!? —gritó, y su voz se hizo eco entre las rocas de la caverna en la que habían caído—. ¿Estáis bien?
Cogí la araña del pescuezo mientras buscaba la manera de poner los pies en tierra firme.
— Pues... si no hemos muerto y esto no es el cielo... Sí, creo que estamos bien
Después de darle un par de vueltas, creí que era mejor tomarse aquello con un cierto humor. A pesar de que no me gustaba nada el haber caído en lo que parecía ser una trampa.
— ¿Cómo diantres salimos de aquí?
No pude ser capaz de detener aquello, ni siquiera de terminar la frase. Había tratado de evitar que Kumopansa siguiera molestando a aquella pobre kunoichi a la que el arácnido solo reconocía como la jinchuriki. Pero algo sucedió puesto eue el suelo que estábamos pisando se abrió de par en par y los 3 caímos al vacío esperando una caída fatal.
No obstante, pensábamos que nuestras piernas iban a partirse al impactar con el suelo...
¡¡¡CHOOOOF!!!
De pronto nos vimos completamente sumergidos en una masa de agua. Aquel debía de haber sido un guiño de los dioses que nos acababan de perdonar la vida. Al menos de forma momentánea. Patalee y me dispuse a sacar la cabeza del agua para poder dar una fuerte bocanada de aire.
— ¡MIERDA, ME AHOGO, SOCORRO!
Como siempre, Kumopansa con su toque dramático era única en su especie.
—¡¿Yota?! ¿¡Arañita!? —gritó, y su voz se hizo eco entre las rocas de la caverna en la que habían caído—. ¿Estáis bien?
Cogí la araña del pescuezo mientras buscaba la manera de poner los pies en tierra firme.
— Pues... si no hemos muerto y esto no es el cielo... Sí, creo que estamos bien
Después de darle un par de vueltas, creí que era mejor tomarse aquello con un cierto humor. A pesar de que no me gustaba nada el haber caído en lo que parecía ser una trampa.
— ¿Cómo diantres salimos de aquí?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa