8/05/2019, 22:35
Ranko no pudo ocultar su sorpresa al ver el cabello de Yota detener su golpe.
”¡Genial! ¡No solo golpea con él, sino que lo controla! O al menos eso parece…”
No tuvo mucho tiempo para pensar o decir nada más, pues el chico tiró de su brazo, apartándola y cancelando los movimientos que había planeado. Un instante después, su oponente aprovechó la espalda de Ranko, adornada por el blanco emblema de la familia Sagisō, y lanzó un jutsu eléctrico.
El impacto hizo que la chica apretara los dientes, intentando contener un grito.
”¡Aagh! ¿Por qué siempre me toca contra un usuario de Raiton? ¡No te desconcentres, Ranko! ¡Piensa! ¿Qué puedes hacer para evitar su cabello y sus rayos?”
Apenas estaba dando un paso, pues el jutsu de Yota le había dado cierto empuje, cuando decidió qué hacer.
”¡Puedo golpear de nuevo! ¡Más fuerte!”
Tan rápido como pudo, giró sobre el talón del pie que había avanzado. Intentaba no darle demasiado tiempo a Yota para reaccionar. Ranko se atacó una tercera vez mientras concentraba chakra en todo su cuerpo, en especial en su pierna derecha.
Daría un pequeño salto y su cuerpo caería al suelo, sobre su espalda, tan cerca del chico como era posible. Parecía que se barrería o daría una patada a las piernas del rubio. Mas pronto se vería el verdadero objetivo de la kunoichi: lanzaría una potente patada, usando su espalda y sus codos como palanca, hacia la barbilla de Yota.
—¡Shōfū!
De manera similar a su contrincante (aunque Ranko no lo sabía), la kunoichi estaba estrenando en combate una técnica. Aunque luego se le ocurriría cómo continuar su movimiento, en ese instante no pudo hacer más que ponerse de pie y adoptar su pose del Hakuto. En caso, claro, que hubiese podido lanzar al joven de piel morena al aire. De lo contrario, se alejaría un par de pasos, defensiva, a la expectativa de otro ataque eléctrico.
”¡Genial! ¡No solo golpea con él, sino que lo controla! O al menos eso parece…”
No tuvo mucho tiempo para pensar o decir nada más, pues el chico tiró de su brazo, apartándola y cancelando los movimientos que había planeado. Un instante después, su oponente aprovechó la espalda de Ranko, adornada por el blanco emblema de la familia Sagisō, y lanzó un jutsu eléctrico.
El impacto hizo que la chica apretara los dientes, intentando contener un grito.
”¡Aagh! ¿Por qué siempre me toca contra un usuario de Raiton? ¡No te desconcentres, Ranko! ¡Piensa! ¿Qué puedes hacer para evitar su cabello y sus rayos?”
Apenas estaba dando un paso, pues el jutsu de Yota le había dado cierto empuje, cuando decidió qué hacer.
”¡Puedo golpear de nuevo! ¡Más fuerte!”
Tan rápido como pudo, giró sobre el talón del pie que había avanzado. Intentaba no darle demasiado tiempo a Yota para reaccionar. Ranko se atacó una tercera vez mientras concentraba chakra en todo su cuerpo, en especial en su pierna derecha.
Daría un pequeño salto y su cuerpo caería al suelo, sobre su espalda, tan cerca del chico como era posible. Parecía que se barrería o daría una patada a las piernas del rubio. Mas pronto se vería el verdadero objetivo de la kunoichi: lanzaría una potente patada, usando su espalda y sus codos como palanca, hacia la barbilla de Yota.
—¡Shōfū!
De manera similar a su contrincante (aunque Ranko no lo sabía), la kunoichi estaba estrenando en combate una técnica. Aunque luego se le ocurriría cómo continuar su movimiento, en ese instante no pudo hacer más que ponerse de pie y adoptar su pose del Hakuto. En caso, claro, que hubiese podido lanzar al joven de piel morena al aire. De lo contrario, se alejaría un par de pasos, defensiva, a la expectativa de otro ataque eléctrico.
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