10/05/2019, 04:21
No esperó que el demonio se lanzase contra él directamente, pero a la mitad de la carrera la otodama estalló inundando el mausoleo con un agudo chirrido que también afectó al Yotsuki, obligándole a llevarse las manos a la cabeza y a que apretase los dientes, pero al menos fue suficiente para derribar a la oscura deidad en sus asesinas intenciones y sintiese por fin el castigo de las leyes de la física. "¡Amedama!" Observó como una parte del chūnin volvía a la normalidad. "¡Lobo tenía razón!" Se sacudió la cabeza para quitarse el molesto dolor de los oídos.
Nuevamente, falacias brotaron de la boca de la entidad como un río de desesperación, pero en algún momento se vio interrumpido por una voz más humana, y esa voz era Daruu, quién luchaba por retomar el control de sí mismo y por ello dio una única orden.
"No podías pedir mejor cosa..." Sonrió emocionado mientras y estiraba el brazo derecho y daba un paso fuerte en la misma dirección, ondeando su cabello y su chaqueta con el movimiento. Cumpliría encantado con el mandato.
—¡Cuidado, Roga, no vayas a hacerle daño a Daruu-san por favor!
Lo tenía todo fríamente calculado. El golpe sería certero, sin lugar para fallos. Dispuesto a liberar de una vez por todas al poseído del dios en desgracia sin lastimar a su compañero. "O eso espero..." Su brazo derecho se cargó con electricidad mientras levantaba la zurda delante de sí formando el sello de carnero.
—Dijiste que ibas a purgar a los indignos...
En un instante tan frágil como un cristal sometido al fuego del volcán, un parpadeo en la existencia del tiempo; Rōga ahora estaba a un lado de Shiro Shinigami, con su extremidad superior derecha por delante de su cuello. En esa fracción de la eternidad de la historia, quedarían grabadas unas palabras, diciéndole al oído con poca delicadeza:
Siquiera antes de terminar con aquel grito, el lazo impactaría la garganta de Daruu con toda la intención de arrancar no sólo su aliento, sino los últimos remanentes del Dios de la Muerte de sus carnes.
Vida
–
Chakra
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Nuevamente, falacias brotaron de la boca de la entidad como un río de desesperación, pero en algún momento se vio interrumpido por una voz más humana, y esa voz era Daruu, quién luchaba por retomar el control de sí mismo y por ello dio una única orden.
¡ROGA, DAME CON TODO LO QUE TENGAS AHORA!
"No podías pedir mejor cosa..." Sonrió emocionado mientras y estiraba el brazo derecho y daba un paso fuerte en la misma dirección, ondeando su cabello y su chaqueta con el movimiento. Cumpliría encantado con el mandato.
—¡Cuidado, Roga, no vayas a hacerle daño a Daruu-san por favor!
Lo tenía todo fríamente calculado. El golpe sería certero, sin lugar para fallos. Dispuesto a liberar de una vez por todas al poseído del dios en desgracia sin lastimar a su compañero. "O eso espero..." Su brazo derecho se cargó con electricidad mientras levantaba la zurda delante de sí formando el sello de carnero.
—Dijiste que ibas a purgar a los indignos...
En un instante tan frágil como un cristal sometido al fuego del volcán, un parpadeo en la existencia del tiempo; Rōga ahora estaba a un lado de Shiro Shinigami, con su extremidad superior derecha por delante de su cuello. En esa fracción de la eternidad de la historia, quedarían grabadas unas palabras, diciéndole al oído con poca delicadeza:
¡¡¡¡¡PÚRGAME ESTAAAAAAAAAAAA!!!!!
Siquiera antes de terminar con aquel grito, el lazo impactaría la garganta de Daruu con toda la intención de arrancar no sólo su aliento, sino los últimos remanentes del Dios de la Muerte de sus carnes.
Estado de Rōga
Vida
185/185
Chakra
11/165
-62
–