13/05/2019, 11:14
(Última modificación: 13/05/2019, 11:14 por Amedama Daruu.)
De los tres, como venía ya siendo habitual, Roga fue el más escandaloso. Blasfemó en ese idioma proveniente del extranjero y luego se permitió la confianza de meterse con su chiste. No es que a Daruu le importase demasiado, claro: acababa de salvarle la vida. Un par de irreverencias de un subordinado no iban a despeinarle. El chico se le acercó y le susurró confeso: no tenía ya casi chakra para combatir, y además tenía un hambre del carajo. Como si se lo acabasen de recordar, el estómago de Daruu rugió también, solícito.
—Tranquilo, ya... —comenzó a explicar Daruu, pero Roga se había dirigido hacia Asuko y le cortó la respuesta.
Daruu se mantuvo atento a toda la explicación, mientras que Asuko, perpleja y avergonzada, negaba con la cabeza.
»Ni siquiera sé si es posible perseguirlo a estas alturas.
—Ni vamos a hacerlo —dijo Daruu de repente—. Sus poderes no tienen que ver con las artes ninja, o quizás sí, y lo que use sea chakra natural. Dudo mucho que las esposas puedan parar al chakra natural. Pero seguro que se le puede parar con Fuuinjutsu. De hecho, por la leyenda que ha contado antes Asuko, seguro que fue así como lo pararon la última vez. Sellándolo en algún lugar. Estos tipos debían de conocer una manera de romper el sello. —Se encogió de hombros—. Sea como sea, Roga, aquí termina toda nuestra implicación en el asunto. Yo no sé nada de Fuuinjutsu y nos enviaron sólo para averiguar qué estaba pasando. Pues bien, ya hemos averiguado qué coño estaba pasando. Si informamos rápidamente, quizás puedan enviar a otro equipo más capacitado para rastrearlo, combatirlo y sellarlo. Lo que no sé es si nos creerán...
—Ahem —tosió Asuko. Se acercó a ellos con una sonrisa, rebuscó en su bolsillo y sacó un pequeño trozo de papel plastificado. Ahí estaba, en todo su esplendor, el Shinigami blanco—. Me la iba a llevar como prueba, pero... creo que la nece... la necesitáis más que yo.
Daruu prácticamente se la arrebató de las manos para verla mejor.
—¡Esto... esto es genial! ¡Gracias, Asuko! —«Dios mío, ya estaba empezando a temerme la reacción de Yui. Al menos ahora tengo algo que demuestra la locura que le voy a contar... Quizás incluso pueda apañármelas para presentar un informe en recepción y no tener que subir a verla.»
—Tranquilo, ya... —comenzó a explicar Daruu, pero Roga se había dirigido hacia Asuko y le cortó la respuesta.
Daruu se mantuvo atento a toda la explicación, mientras que Asuko, perpleja y avergonzada, negaba con la cabeza.
»Ni siquiera sé si es posible perseguirlo a estas alturas.
—Ni vamos a hacerlo —dijo Daruu de repente—. Sus poderes no tienen que ver con las artes ninja, o quizás sí, y lo que use sea chakra natural. Dudo mucho que las esposas puedan parar al chakra natural. Pero seguro que se le puede parar con Fuuinjutsu. De hecho, por la leyenda que ha contado antes Asuko, seguro que fue así como lo pararon la última vez. Sellándolo en algún lugar. Estos tipos debían de conocer una manera de romper el sello. —Se encogió de hombros—. Sea como sea, Roga, aquí termina toda nuestra implicación en el asunto. Yo no sé nada de Fuuinjutsu y nos enviaron sólo para averiguar qué estaba pasando. Pues bien, ya hemos averiguado qué coño estaba pasando. Si informamos rápidamente, quizás puedan enviar a otro equipo más capacitado para rastrearlo, combatirlo y sellarlo. Lo que no sé es si nos creerán...
—Ahem —tosió Asuko. Se acercó a ellos con una sonrisa, rebuscó en su bolsillo y sacó un pequeño trozo de papel plastificado. Ahí estaba, en todo su esplendor, el Shinigami blanco—. Me la iba a llevar como prueba, pero... creo que la nece... la necesitáis más que yo.
Daruu prácticamente se la arrebató de las manos para verla mejor.
—¡Esto... esto es genial! ¡Gracias, Asuko! —«Dios mío, ya estaba empezando a temerme la reacción de Yui. Al menos ahora tengo algo que demuestra la locura que le voy a contar... Quizás incluso pueda apañármelas para presentar un informe en recepción y no tener que subir a verla.»