14/05/2019, 21:46
(Última modificación: 14/05/2019, 21:46 por Uchiha Akame.)
«Vaya vaya, así que detrás de toda la palabrería barata y esas plumas de pavo real hay un cerebro que piensa. Nada mal, King Rōga.»
Uchiha Akame respetaba a la gente inteligente tanto como menosvaloraba a los estúpidos. Rōga le había parecido, primero, pertenecer al segundo grupo; pero en ese momento... En ese momento el renegado se estaba dando cuenta de que aquel joven ninja de la Lluvia sabía pensar. Y bastante bien, cuando le daba la gana. Akame asintió, conforme y visiblemente complacido, pues aquel mismo plan era el que él mismo tenía en mente. «La mejor forma de hacer salir a una rata es darle a oler algo de queso.»
—Excelente, Rōga-san —respondió el Uchiha—. Veo que estamos en la misma página.
No pasaba desapercibido, tampoco, el hecho de que el Henge no Jutsu de Rōga era bastante mejor de lo que Akame habría esperado. «Una buena transformación, sin duda maneja el Ninjutsu mejor de lo que parece. ¿Qué edad tendrá este chico? ¿Doce, trece? Sin duda está muy avanzado para su tiempo. Debe ser el mejor de su promoción», se dijo el renegado. Sintió una punzada de nostalgia, pero apartó aquellos recuerdos amargos como quien se quita arena de los ojos.
—Está bien, lo hacemos así entonces. No tenemos idea alguna de quién es nuestro enemigo, o de si trabaja solo, o de qué habilidades tiene. Intuyo que para colarse en ese templo hay que ser habilidoso, de otro modo las monjas le habrían detectado —aseveró. Ahora miraba a Rōga con cierta desconfianza—. ¿Seguro que quieres hacerlo así? No hay garantías sobre a qué nos enfrentamos.
Con lo poco que Akame había visto del joven amejin, sabía que aquella pregunta era más bien retórica; «un joven shinobi con ganas de probarse a sí mismo... No hay modo en que rechace esto. Y, aun así, ¿por qué demonios me preocupo por un puto ninja?» Al final, el propio renegado acabó por pasar de la interrogante, hubiera Rōga respondido a ella o no.
—Vamos a buscar esas provisiones entonces. Luego yo iré a llevárselas a los muchachos y tú puedes ir poniendo las palabras adecuadas en los oídos de estas buenas gentes. ¿Eh?
Uchiha Akame respetaba a la gente inteligente tanto como menosvaloraba a los estúpidos. Rōga le había parecido, primero, pertenecer al segundo grupo; pero en ese momento... En ese momento el renegado se estaba dando cuenta de que aquel joven ninja de la Lluvia sabía pensar. Y bastante bien, cuando le daba la gana. Akame asintió, conforme y visiblemente complacido, pues aquel mismo plan era el que él mismo tenía en mente. «La mejor forma de hacer salir a una rata es darle a oler algo de queso.»
—Excelente, Rōga-san —respondió el Uchiha—. Veo que estamos en la misma página.
No pasaba desapercibido, tampoco, el hecho de que el Henge no Jutsu de Rōga era bastante mejor de lo que Akame habría esperado. «Una buena transformación, sin duda maneja el Ninjutsu mejor de lo que parece. ¿Qué edad tendrá este chico? ¿Doce, trece? Sin duda está muy avanzado para su tiempo. Debe ser el mejor de su promoción», se dijo el renegado. Sintió una punzada de nostalgia, pero apartó aquellos recuerdos amargos como quien se quita arena de los ojos.
—Está bien, lo hacemos así entonces. No tenemos idea alguna de quién es nuestro enemigo, o de si trabaja solo, o de qué habilidades tiene. Intuyo que para colarse en ese templo hay que ser habilidoso, de otro modo las monjas le habrían detectado —aseveró. Ahora miraba a Rōga con cierta desconfianza—. ¿Seguro que quieres hacerlo así? No hay garantías sobre a qué nos enfrentamos.
Con lo poco que Akame había visto del joven amejin, sabía que aquella pregunta era más bien retórica; «un joven shinobi con ganas de probarse a sí mismo... No hay modo en que rechace esto. Y, aun así, ¿por qué demonios me preocupo por un puto ninja?» Al final, el propio renegado acabó por pasar de la interrogante, hubiera Rōga respondido a ella o no.
—Vamos a buscar esas provisiones entonces. Luego yo iré a llevárselas a los muchachos y tú puedes ir poniendo las palabras adecuadas en los oídos de estas buenas gentes. ¿Eh?