14/05/2019, 23:15
—No sé, será que a mí no me gusta dejar las cosas a medias, no me sentiría satisfecho— Por lo mismo, no iba a dejar su pescado sin comer, continuando en su diligente labor de llevárselo al estómago.
—Tsukiyama es alguien muy especial y no hablo sólo de su habilidad, pues cuando me enfrenté a él estábamos muy emparejados en cuanto a Taijutsu se refiere. Tiene una manera de lucirse al pelear que te deja boquiabierto. Pero, aún así, también tiene algo que muchas personas no. Algo más allá de puro poderío— Hizo una pausa para beber algo de batido de chocolate. —Tiene una mentalidad distinta, creyendo que el mundo puede cambiar para bien si todos hacemos lo que nos corresponde. A algunos podría parecerles una locura creer que es posible lograr una paz firme y duradera con toda la tensión que se vive, pero ya te digo yo que esas personas buscan la salida fácil.
Suspiró.
»No es fácil perdonar, destruir siempre es más sencillo. Qué fácil cortar una flor que pasó meses luchando por ser hermosa. Todos quieren una flor bonita sin ponerse los zapatos de jardinero para cuidarla... Pero Tsukiyama parece tener una espalda muy fuerte para cargar con esas cosas en los hombros.
En la mentalidad del Yotsuki, aquello era una actitud admirable. Una que todos deberían ver, pero que las vendas de la denigración humana no permitían observar. Quizás de ahí venía la envidia del Yotsuki, de que él no era ni tan genial cómo el propio Daigo le parecía a sus estándares.
—Tsukiyama es alguien muy especial y no hablo sólo de su habilidad, pues cuando me enfrenté a él estábamos muy emparejados en cuanto a Taijutsu se refiere. Tiene una manera de lucirse al pelear que te deja boquiabierto. Pero, aún así, también tiene algo que muchas personas no. Algo más allá de puro poderío— Hizo una pausa para beber algo de batido de chocolate. —Tiene una mentalidad distinta, creyendo que el mundo puede cambiar para bien si todos hacemos lo que nos corresponde. A algunos podría parecerles una locura creer que es posible lograr una paz firme y duradera con toda la tensión que se vive, pero ya te digo yo que esas personas buscan la salida fácil.
Suspiró.
»No es fácil perdonar, destruir siempre es más sencillo. Qué fácil cortar una flor que pasó meses luchando por ser hermosa. Todos quieren una flor bonita sin ponerse los zapatos de jardinero para cuidarla... Pero Tsukiyama parece tener una espalda muy fuerte para cargar con esas cosas en los hombros.
En la mentalidad del Yotsuki, aquello era una actitud admirable. Una que todos deberían ver, pero que las vendas de la denigración humana no permitían observar. Quizás de ahí venía la envidia del Yotsuki, de que él no era ni tan genial cómo el propio Daigo le parecía a sus estándares.