16/05/2019, 17:14
Rōga se permitió relajar la postura ante la cordialidad del otro chico, aunque seguía un tanto receloso con él. "Está bien ser despreocupado pero no tanto. Joder, ni yo llego a esos extremos. Suspiró largamente.
—¿De la buena música dices?— Se quedó pensativo, entrecerrando los ojos. Oh, pocas personas eran capaces de pasarle algo bajo sus narices, pero Ken definitivamente no era una de esas. —Veremos si es cierto, pero primero debo terminar de ajustarla— Se sentó de golpe y echó nuevamente mano del clavijero y las cuerdas, buscando afinarlas todas en E, alternando los dedos en los trastes desde la segunda a la sexta cuerda. —Ahora sí...
Pasó de lado de Ken, para luego saltar y pararse sobre uno de los bordes del puente con todo y guitarra. ¿Qué demonios planeaba hacer caminando en ese sitio? A un lado, le esperaba el piso, al otro, el precipicio. Y aún así, no parecía importarle. "Es momento del espectáculo." Dio un giro total de un sólo saltito, colocando sus brazos en posición sobre su instrumento, tocando de forma rítmica para...
Soltar un armonioso grito, dando inicio a su canción.
Probablemente el de cabellos bicolor nunca había escuchado ese idioma en su vida. Para Rōga era habitual, pues era legado de sus ancestros de Kumogakure, y sin embargo, por mucho que Suzaku le hubiese jurado que existían muchas personas capaces de entenderle casi nunca encontraba a nadie que pudiera captar el significado de sus líricas.
Terminó aquella agresiva canción con una reverencia, cruzando el pie derecho por delante del izquierdo y extendiendo la mano diestra mientras la zurda se mantenía sujetando el brazo de la guitarra, esperando entonces la reacción del tradicional muchacho de la espiral. Y sí, seguía sin bajarse del puente.
—¿De la buena música dices?— Se quedó pensativo, entrecerrando los ojos. Oh, pocas personas eran capaces de pasarle algo bajo sus narices, pero Ken definitivamente no era una de esas. —Veremos si es cierto, pero primero debo terminar de ajustarla— Se sentó de golpe y echó nuevamente mano del clavijero y las cuerdas, buscando afinarlas todas en E, alternando los dedos en los trastes desde la segunda a la sexta cuerda. —Ahora sí...
Pasó de lado de Ken, para luego saltar y pararse sobre uno de los bordes del puente con todo y guitarra. ¿Qué demonios planeaba hacer caminando en ese sitio? A un lado, le esperaba el piso, al otro, el precipicio. Y aún así, no parecía importarle. "Es momento del espectáculo." Dio un giro total de un sólo saltito, colocando sus brazos en posición sobre su instrumento, tocando de forma rítmica para...
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
Soltar un armonioso grito, dando inicio a su canción.
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
We come from the land of the ice and snow
From the midnight sun, where the hot springs flow!
The hammer of the gods
W'ell drive our ships to new lands
To fight the horde, and sing and cry
Valhalla, I am coming!
On we sweep with threshing oar
Our only goal will be the western shore!
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
We come from the land of the ice and snow
From the midnight sun where the hot springs flow!
How soft your fields so green
Can whisper tales of gore
Of how we calmed the tides of war
We are your overlords
On we sweep with threshing oar
Our only…
We come from the land of the ice and snow
From the midnight sun, where the hot springs flow!
The hammer of the gods
W'ell drive our ships to new lands
To fight the horde, and sing and cry
Valhalla, I am coming!
On we sweep with threshing oar
Our only goal will be the western shore!
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
Aaaaaaah-aaaaaaah, AH!
We come from the land of the ice and snow
From the midnight sun where the hot springs flow!
How soft your fields so green
Can whisper tales of gore
Of how we calmed the tides of war
We are your overlords
On we sweep with threshing oar
Our only…
Probablemente el de cabellos bicolor nunca había escuchado ese idioma en su vida. Para Rōga era habitual, pues era legado de sus ancestros de Kumogakure, y sin embargo, por mucho que Suzaku le hubiese jurado que existían muchas personas capaces de entenderle casi nunca encontraba a nadie que pudiera captar el significado de sus líricas.
Terminó aquella agresiva canción con una reverencia, cruzando el pie derecho por delante del izquierdo y extendiendo la mano diestra mientras la zurda se mantenía sujetando el brazo de la guitarra, esperando entonces la reacción del tradicional muchacho de la espiral. Y sí, seguía sin bajarse del puente.