19/05/2019, 22:06
Al principio se ve sorprendido por la retórica de Samidare, que parece no haber entendido su urgencia por resolver el conflicto. La expresión de su cara se relaja y también lo hace su postura, apoya el brazo sobre la cadera derecha y se deja caer sobre ella. Escucha sus palabras con atención y su boca se abre ligeramente, como si fuera a decir algo. No obstante, continúa escuchando.
Cuando paga la cuenta y se desentiende de la comida, no puede dar crédito a lo que ocurre. Piensa que el Gennin parece una persona despreocupada y también que parece bastante taimado para ser un niño. No deja de sorprenderlo.
— ¿No vas a empezarlo?
Sus labios forman una mueca de incomprensión y sus cejas se arquean con énfasis.
— Verás, sólo necesito que alguien guarde lo que los ladrones robaron. Pensaba que ibas a quedarte aquí... — por un momento, varios pensamientos rebotan en su mente formando una nueva solución al problema contando con la nueva incógnita de su homólogo. De pronto, una idea.
«¿Por qué no?»
Su expresión se calma y da un paso hacia el pequeño shinobi, colocando su diestra sobre su hombro izquierdo. La diferencia de altura se hace más evidente, por lo que Galen se inclina sutilmente para hacerlo.
— ¡Claro que podríamos trabajar juntos! — se ríe con timidez, pero lo suficientemente alto para captar la atención de todos los que hay en la parada de ramen — ¡Veo que no te faltan ganas para demostrar lo que vales!
Cuando paga la cuenta y se desentiende de la comida, no puede dar crédito a lo que ocurre. Piensa que el Gennin parece una persona despreocupada y también que parece bastante taimado para ser un niño. No deja de sorprenderlo.
— ¿No vas a empezarlo?
Sus labios forman una mueca de incomprensión y sus cejas se arquean con énfasis.
— Verás, sólo necesito que alguien guarde lo que los ladrones robaron. Pensaba que ibas a quedarte aquí... — por un momento, varios pensamientos rebotan en su mente formando una nueva solución al problema contando con la nueva incógnita de su homólogo. De pronto, una idea.
«¿Por qué no?»
Su expresión se calma y da un paso hacia el pequeño shinobi, colocando su diestra sobre su hombro izquierdo. La diferencia de altura se hace más evidente, por lo que Galen se inclina sutilmente para hacerlo.
— ¡Claro que podríamos trabajar juntos! — se ríe con timidez, pero lo suficientemente alto para captar la atención de todos los que hay en la parada de ramen — ¡Veo que no te faltan ganas para demostrar lo que vales!