19/05/2019, 23:03
Las miradas de los presentes vuelven a sus platos y Galen se acerca a él. Samidare le cuenta su impresión sobre el dilema mientras va formándose una sonrisa en su rostro. Ha tenido una idea excelente que el rapado aprueba de inmediato. Está claro que el gennin sabe lo que se hace.
— No quiero sonar impertinente, pero entiendo por qué te han confiado esa bandana. No es que la edad me parezca muy importante... en realidad creo que sólo es un número, y que lo que nos define es nuestra personalidad y nuestros objetivos en este mundo incierto al que nos enfrentamos... — se va a alejando de él a medida que habla para después callarse por completo.
— Volviendo al tema... — ahora se encuentra bajo un farol luminoso, que hace oscurecer su cara por la sombra que proyecta — Puede sonar un poco estúpido, pero nunca he sido demasiado bueno con el Henge. Mis habilidades son un poco peculiares — intenta restarle importancia a lo que dice, pero se siente visiblemente avergonzado por su confesión.
— Se que puedo confiar en ti... así que puedes distraer a los matones de la entrada con tu transformación, y yo aprovecharé el momento para colarme. Una vez dentro me las apañaré para no llamar la atención — en su rostro no hay rastro de juventud, por lo que está seguro de su afirmación.
— No quiero sonar impertinente, pero entiendo por qué te han confiado esa bandana. No es que la edad me parezca muy importante... en realidad creo que sólo es un número, y que lo que nos define es nuestra personalidad y nuestros objetivos en este mundo incierto al que nos enfrentamos... — se va a alejando de él a medida que habla para después callarse por completo.
— Volviendo al tema... — ahora se encuentra bajo un farol luminoso, que hace oscurecer su cara por la sombra que proyecta — Puede sonar un poco estúpido, pero nunca he sido demasiado bueno con el Henge. Mis habilidades son un poco peculiares — intenta restarle importancia a lo que dice, pero se siente visiblemente avergonzado por su confesión.
— Se que puedo confiar en ti... así que puedes distraer a los matones de la entrada con tu transformación, y yo aprovecharé el momento para colarme. Una vez dentro me las apañaré para no llamar la atención — en su rostro no hay rastro de juventud, por lo que está seguro de su afirmación.