21/05/2019, 20:59
Ignorante del magnífico trabajo que su compañero estaba haciendo en Murasame para colocar el cebo con el que cazarían a los cazadores, Akame se limitaba a fumar tranquilamente un cigarrillo tras otro de su tabaquera. Mientras hacía guardia en la entrada de la gruta de Kiyoshi —mas sin dejarse ver él mismo—, el Uchiha se dejaba de tanto en tanto llevar por sus propios pensamientos. Aquella estaba siendo la primera vez que ayudaba a alguien desgraciado desde que rompiera sus cadenas y se declarase a sí mismo, una persona libre. «Y nunca antes he tenido una sensación tan firme de estar haciendo lo correcto», se dijo.
En un momento dado el humo le raspó la garganta y empezó a toser descontroladamente, con su pecho bamboleándose arriba y abajo al son de las bocanadas de aire que trataba de tomar para recuperar el aliento. Se encontraba sentado junto a la entrada, con la espalda apoyada en la pared rocosa y el kasa sobre las piernas cruzadas. Echó una visual a la cueva, buscando una de las botellas de agua que había comprado para los niños, pero la halló más allá de su alcance.
—Cof, cof... Kiyoshi-san... Cof, cof... Pásame el agua, ¿quieres? Cof, cof...
En un momento dado el humo le raspó la garganta y empezó a toser descontroladamente, con su pecho bamboleándose arriba y abajo al son de las bocanadas de aire que trataba de tomar para recuperar el aliento. Se encontraba sentado junto a la entrada, con la espalda apoyada en la pared rocosa y el kasa sobre las piernas cruzadas. Echó una visual a la cueva, buscando una de las botellas de agua que había comprado para los niños, pero la halló más allá de su alcance.
—Cof, cof... Kiyoshi-san... Cof, cof... Pásame el agua, ¿quieres? Cof, cof...