6/11/2015, 02:52
- El parque podría ser... Pero si quieres podemos ir a otro lugar.
—El parque está bien —afirmó el Uchiha, que no pudo evitar sentirse ligeramente decepcionado porque Noemi no sugiriese un sitio todavía más privado.
Casi ni tuvieron que caminar para llegar hasta él: era un sitio pequeño, con jardín a ambos lados de un camino de losas que serpenteaba hasta desembocar en un pequeño estanque. Había varios árboles aquí y allá, cuyas hojas se desperdigaban sobre el césped hasta el punto de convertir el parque en un manto que entremezclaba tonos rojizos y ocres.
Alrededor del estanque había varios bancos de piedra pulida, sin respaldo alguno. “Un sitio perfecto para dar un masaje”, pensó Datsue.
- Dime Datsue... ¿Cuántos años tienes...?
La pregunta lo tomó por sorpresa. Sonrió, en un intento por ganar algo de tiempo hasta que encontrase la respuesta adecuada, porque obviamente, la verdad no era la respuesta que más le convenía.
“Cumplo doce en nada, así que... Si me aumento uno o dos más podría colar”
—Cumplo catorce en primavera —mintió, sin problema alguno. Siempre se le había dado bien mentir—. ¿Por qué lo preguntas? —dijo, como sin darle importancia.
—El parque está bien —afirmó el Uchiha, que no pudo evitar sentirse ligeramente decepcionado porque Noemi no sugiriese un sitio todavía más privado.
Casi ni tuvieron que caminar para llegar hasta él: era un sitio pequeño, con jardín a ambos lados de un camino de losas que serpenteaba hasta desembocar en un pequeño estanque. Había varios árboles aquí y allá, cuyas hojas se desperdigaban sobre el césped hasta el punto de convertir el parque en un manto que entremezclaba tonos rojizos y ocres.
Alrededor del estanque había varios bancos de piedra pulida, sin respaldo alguno. “Un sitio perfecto para dar un masaje”, pensó Datsue.
- Dime Datsue... ¿Cuántos años tienes...?
La pregunta lo tomó por sorpresa. Sonrió, en un intento por ganar algo de tiempo hasta que encontrase la respuesta adecuada, porque obviamente, la verdad no era la respuesta que más le convenía.
“Cumplo doce en nada, así que... Si me aumento uno o dos más podría colar”
—Cumplo catorce en primavera —mintió, sin problema alguno. Siempre se le había dado bien mentir—. ¿Por qué lo preguntas? —dijo, como sin darle importancia.