22/05/2019, 16:57
(Última modificación: 22/05/2019, 16:59 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.)
Al parecer, la maniobra de Ranko había surtido efecto: a pesar de que Yota intentó evitar su movimiento, la patada ascendente conectó con su barbilla, mandándolo por los aires. Sin embargo, casi al mismo tiempo, su contrincante lanzó otro jutsu de raiton.
Ranko no tuvo tiempo suficiente siquiera para cubrirse. Recibió las agujas eléctricas de lleno, la mayoría se clavó en su torso, una en su hombro y una en su muslo. La reacción de la chica vino un segundo después, cuando dio una pirueta hacia atrás, aprovechando el movimiento del shōfū. Pero, apenas intentó enderezarse de nuevo, cayó con una rodilla al suelo. Se llevó las manos al pecho y vientre, sintiendo el doloroso cosquilleo que el jutsu había dejado en su cuerpo y los calientes agujeritos que ahora adornaban su ropa. El eco del chillido del relámpago se desvaneció lentamente de sus oídos.
“¡Rayos! Literalmente… Digo, no puedo contrarrestar esto. Tanto sus jutsus como el movimiento de su cuerpo son mucho más rápidos que los míos. ¿Qué puedo hacer ante él?”
Se dio cuenta de que resollaba. Sus cuerpo ardía, pero podía seguir adelante. Apretó los dientes y los puños y, después de tomar aliento un segundo, en lo que Yota se recuperaba de su patada, se colocó en posición de nuevo.
“¿Qué puedo hacer? Darlo todo.”
En un instante, imaginó cómo su cuerpo se envolvía en un aura guerrera: el aura del conejo que había imaginado en su pelea en el Valle. Lanzó un grito, como si reuniese la energía que le quedaba para ejecutar un ataque final, cual si fuese la heroína de una historieta. Corrió hacia la izquierda, hacia la pared del risco, mientras hacía sellos manuales.
—¡Doton! —dio un salto y se pegó en la superficie vertical, con palmas y plantas pegadas a la pared. De ésta surgió velozmente un muro que, a la vista de Yota, sería horizontal, con el emblema de la familia Sagisō, la orquídea garza blanca, grabada en su superficie. Ranko pensó que era mejor usar el muro de tierra en la pared del risco, pues si lo hacía en la plataforma corría el riesgo de debilitarla —. ¡Doryūheki!
Desde detrás del muro surgieron entonces tres Rankos, las cuales corrieron tan rápidamente como pudieron hacia Yota: una fue por su flanco izquierdo, y al llegar a él se barrería para darle una fuerte patada baja; otra iría por la derecha y saltaría antes de llegar a él, intentando asestarle una patada voladora; otra saltaría hacia Yota, intentando caer sobre sus hombros para hacerle una especie de llave.
Ya había usado ese movimiento con Rōga, pero con menos decisión. Esperaba que Yota tomase la decisión equivocada y su combo muro + clones diese resultado. Además, le había costado muchos recursos en cuestión de chakra.
1 acción oculta
Ranko no tuvo tiempo suficiente siquiera para cubrirse. Recibió las agujas eléctricas de lleno, la mayoría se clavó en su torso, una en su hombro y una en su muslo. La reacción de la chica vino un segundo después, cuando dio una pirueta hacia atrás, aprovechando el movimiento del shōfū. Pero, apenas intentó enderezarse de nuevo, cayó con una rodilla al suelo. Se llevó las manos al pecho y vientre, sintiendo el doloroso cosquilleo que el jutsu había dejado en su cuerpo y los calientes agujeritos que ahora adornaban su ropa. El eco del chillido del relámpago se desvaneció lentamente de sus oídos.
“¡Rayos! Literalmente… Digo, no puedo contrarrestar esto. Tanto sus jutsus como el movimiento de su cuerpo son mucho más rápidos que los míos. ¿Qué puedo hacer ante él?”
Se dio cuenta de que resollaba. Sus cuerpo ardía, pero podía seguir adelante. Apretó los dientes y los puños y, después de tomar aliento un segundo, en lo que Yota se recuperaba de su patada, se colocó en posición de nuevo.
“¿Qué puedo hacer? Darlo todo.”
En un instante, imaginó cómo su cuerpo se envolvía en un aura guerrera: el aura del conejo que había imaginado en su pelea en el Valle. Lanzó un grito, como si reuniese la energía que le quedaba para ejecutar un ataque final, cual si fuese la heroína de una historieta. Corrió hacia la izquierda, hacia la pared del risco, mientras hacía sellos manuales.
—¡Doton! —dio un salto y se pegó en la superficie vertical, con palmas y plantas pegadas a la pared. De ésta surgió velozmente un muro que, a la vista de Yota, sería horizontal, con el emblema de la familia Sagisō, la orquídea garza blanca, grabada en su superficie. Ranko pensó que era mejor usar el muro de tierra en la pared del risco, pues si lo hacía en la plataforma corría el riesgo de debilitarla —. ¡Doryūheki!
Desde detrás del muro surgieron entonces tres Rankos, las cuales corrieron tan rápidamente como pudieron hacia Yota: una fue por su flanco izquierdo, y al llegar a él se barrería para darle una fuerte patada baja; otra iría por la derecha y saltaría antes de llegar a él, intentando asestarle una patada voladora; otra saltaría hacia Yota, intentando caer sobre sus hombros para hacerle una especie de llave.
Ya había usado ese movimiento con Rōga, pero con menos decisión. Esperaba que Yota tomase la decisión equivocada y su combo muro + clones diese resultado. Además, le había costado muchos recursos en cuestión de chakra.
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