23/05/2019, 00:13
Algunos veían en él a un niño soñador, otros, a un tonto presuntuoso. Unos cuantos lo consideraban un lúnatico extravagante. Lo cierto, es que era un factor mucho más sencillo el que le empujaba a actuar de tal forma. Eso era el orgullo.
Tan simple y llano, como el anhelo de estar en la cima, más no de la manera en la que muchos creían.
Akame parecía complacido con el festín, y entonces pasó a ofrecer una buena historia. Alguien normal pensaría que buscaría una épica aventura, o los motivos del origen del bandido. No, ni siquiera estaba interesado en los misterios de su rostro. Ni la más épica victoria, ni la más oscura de sus horas. Ni la más inverosímil de las ideas, ni la más dura lección jamás aprendida. Buscaba algo con sentimiento real, ahí era donde te dabas cuenta, de la astucia, de la perspicacia. "Nah..." O de lo simple que podía ser la curiosidad.
—Eso— Levantó el dedo, señalando el único adorno que desencajaba en el aspecto del exiliado. ¿Que podría arrastrarlo a cargar tan peculiar accesorio? —¿Qué es lo que hay detrás?
Quizás fuese su pasión al vivir, la que le permitía percatarse de esos detalles que escondían ciertos significados. Y aquella pluma azul destacaba más que el propio renegado en sí. ¿Valdría la pena el dinero gastado en aquella pregunta?
Tan simple y llano, como el anhelo de estar en la cima, más no de la manera en la que muchos creían.
Akame parecía complacido con el festín, y entonces pasó a ofrecer una buena historia. Alguien normal pensaría que buscaría una épica aventura, o los motivos del origen del bandido. No, ni siquiera estaba interesado en los misterios de su rostro. Ni la más épica victoria, ni la más oscura de sus horas. Ni la más inverosímil de las ideas, ni la más dura lección jamás aprendida. Buscaba algo con sentimiento real, ahí era donde te dabas cuenta, de la astucia, de la perspicacia. "Nah..." O de lo simple que podía ser la curiosidad.
—Eso— Levantó el dedo, señalando el único adorno que desencajaba en el aspecto del exiliado. ¿Que podría arrastrarlo a cargar tan peculiar accesorio? —¿Qué es lo que hay detrás?
Quizás fuese su pasión al vivir, la que le permitía percatarse de esos detalles que escondían ciertos significados. Y aquella pluma azul destacaba más que el propio renegado en sí. ¿Valdría la pena el dinero gastado en aquella pregunta?