23/05/2019, 06:48
Oh, el aplauso, la ovación. Nunca iba a aburrirse de aquello, de poder transmitir las emociones a los demás. Una satisfacción más gloriosa y adictiva que cualquier droga que pudiese ofrecerle, pues el alimento para su ego ardía con cada palmada y con cada vitoreo. Dio un simple salto y cayó al lado nuevamente del de cabellos bicolor, con el pecho henchido de orgullo, saboreándose las respuestas que tenía para darle a aquel jovenzuelo a quién había logrado incluir entre su lista de fans conquistados.
—Se llama Hard Rock, aunque no es la única rama que conozco. Me gusta ser variado en el estilo de música que interpreto— Se quitó el kasa para que le colgara por la espalda —El tema se llama "La canción del inmigrante"— alzó un dedo y cerró los ojos. —Suelo cantar en un idioma que utilizaban mis ancestros desde los tiempos de Kumogakure, así que es normal que no te suene para nada familiar... Alguien me dijo una vez que otras personas conocían este lenguaje pero yo realmente no encuentro a muchas— Se cruzó de brazos. —No me gustaría usar el lenguaje regular porque algunas rimas o juegos de palabras perderían sentido al traducirlas. Pero tampoco es divertido si nadie va a entenderme ¡Kuchiuuuu!— Suspiró con pesadez.
Observó entonces al muchacho, curioso. Estaba maquinando en una manera de entretenerse luego del viaje, y dado que aquel inocente muchacho estaba a su alcance, pensó en aprovechar la situación.
—¿Sabes? No suelo pedir dinero o bienes a cambio de mis presentaciones, pero lo que si me gustaría una muestra de talento de regreso— Alzó ambas cejas mientras sonreía picaresco. —¿Dijiste que eras aprendiz de un samurai verdad? Me gustaría que me lo mostrases— Tomó del brazo la guitarra y se la acomodó con cuidado, mientras se sentaba en el piso cruzando las piernas. —No pienses que quiero combatir. Lo que deseo es una Iaido enbu, una demostración de tus habilidades con la espada, si sabes a lo que me refiero— Gracias a su madre, sabía que a veces era posible admirar el arte del envaine y el desenvaine a manera de presentación.
—Se llama Hard Rock, aunque no es la única rama que conozco. Me gusta ser variado en el estilo de música que interpreto— Se quitó el kasa para que le colgara por la espalda —El tema se llama "La canción del inmigrante"— alzó un dedo y cerró los ojos. —Suelo cantar en un idioma que utilizaban mis ancestros desde los tiempos de Kumogakure, así que es normal que no te suene para nada familiar... Alguien me dijo una vez que otras personas conocían este lenguaje pero yo realmente no encuentro a muchas— Se cruzó de brazos. —No me gustaría usar el lenguaje regular porque algunas rimas o juegos de palabras perderían sentido al traducirlas. Pero tampoco es divertido si nadie va a entenderme ¡Kuchiuuuu!— Suspiró con pesadez.
Observó entonces al muchacho, curioso. Estaba maquinando en una manera de entretenerse luego del viaje, y dado que aquel inocente muchacho estaba a su alcance, pensó en aprovechar la situación.
—¿Sabes? No suelo pedir dinero o bienes a cambio de mis presentaciones, pero lo que si me gustaría una muestra de talento de regreso— Alzó ambas cejas mientras sonreía picaresco. —¿Dijiste que eras aprendiz de un samurai verdad? Me gustaría que me lo mostrases— Tomó del brazo la guitarra y se la acomodó con cuidado, mientras se sentaba en el piso cruzando las piernas. —No pienses que quiero combatir. Lo que deseo es una Iaido enbu, una demostración de tus habilidades con la espada, si sabes a lo que me refiero— Gracias a su madre, sabía que a veces era posible admirar el arte del envaine y el desenvaine a manera de presentación.