24/05/2019, 17:28
Si bien es cierto que hasta ese momento la diferencia de poder con su oponente está siendo considerable, la aparición de la marioneta de Galen equilibra la balanza de inmediato. Siberu — así es como la bautizó —, consigue impactar uno de sus envites y hacer retroceder a la kunoichi.
El marionetista levanta sus brazos y mueve los dedos al compás de la cabeza, que marca como un metrónomo el tempo de sus movimientos. La marioneta recupera la estabilidad y se inclina hacia la kunoichi de cabello oscuro, con los brazos abiertos y las piernas detrás del cuerpo; puede verse que tiembla ligeramente, aunque los movimientos de transición entre sus acciones son firmes.
— Siempre he querido ver la habilidad de tu clan, Kaguya Shirōkami. Hasta ahora no había tenido el honor — el instante en que ha bloqueado la estocada con su técnica de sangre se repite como un eco en la mente del titiritero.
«¿Será que sólo puede hacerlos crecer desde la palma de la mano?»
Siberu avanza y se mueve hacia la contendiente por su derecha, muy cerca del suelo. Galen, que ya no tiene a la marioneta delante, intenta llamar la atención de la kunoichi abriendo todo lo posible los ojos para distraerla. Sus pobladas cejas y las ojeras que tiene por no haber descansado bien, resaltan la intensidad de su mirada.
Debe mantenerse calmado si quiere darle la vuelta al combate, ya que de cometer algún error, Shirōkami puede recuperar el control de la situación.
«Tengo que inmovilizarla.»
Cuando el títere se coloca a su lado, a medio metro de ella, los dedos del titiritero acompañan a los hilos que sujetan su obra en la dirección opuesta, y ésta se voltea violentamente hacia su adversaria. A ras de suelo, intenta acuchillar sus rodillas con un barrido acompañado de la cuchilla del brazo derecho. Cuando lo termina se encuentra escasos centímetros por delante de la Kaguya, a su izquierda. Entonces, con la diestra, dirige una estocada horizontal hacia la cadera izquierda de la kunoichi, seguidamente de otra diagonal con la siniestra, dirigida hacia la rodilla del mismo lado.
Por la naturaleza del movimiento y la fuerza acumulada antes del impacto, el títere gira sobre si mismo, abarcando todo el espacio posible con los brazos abiertos. Intenta cortar la cintura de Shirōkami con las cuchillas de los brazos y ganar un poco de espacio para que Siberu repela — si la hay — su intención de contraatacar.
El marionetista levanta sus brazos y mueve los dedos al compás de la cabeza, que marca como un metrónomo el tempo de sus movimientos. La marioneta recupera la estabilidad y se inclina hacia la kunoichi de cabello oscuro, con los brazos abiertos y las piernas detrás del cuerpo; puede verse que tiembla ligeramente, aunque los movimientos de transición entre sus acciones son firmes.
— Siempre he querido ver la habilidad de tu clan, Kaguya Shirōkami. Hasta ahora no había tenido el honor — el instante en que ha bloqueado la estocada con su técnica de sangre se repite como un eco en la mente del titiritero.
«¿Será que sólo puede hacerlos crecer desde la palma de la mano?»
Siberu avanza y se mueve hacia la contendiente por su derecha, muy cerca del suelo. Galen, que ya no tiene a la marioneta delante, intenta llamar la atención de la kunoichi abriendo todo lo posible los ojos para distraerla. Sus pobladas cejas y las ojeras que tiene por no haber descansado bien, resaltan la intensidad de su mirada.
Debe mantenerse calmado si quiere darle la vuelta al combate, ya que de cometer algún error, Shirōkami puede recuperar el control de la situación.
«Tengo que inmovilizarla.»
Cuando el títere se coloca a su lado, a medio metro de ella, los dedos del titiritero acompañan a los hilos que sujetan su obra en la dirección opuesta, y ésta se voltea violentamente hacia su adversaria. A ras de suelo, intenta acuchillar sus rodillas con un barrido acompañado de la cuchilla del brazo derecho. Cuando lo termina se encuentra escasos centímetros por delante de la Kaguya, a su izquierda. Entonces, con la diestra, dirige una estocada horizontal hacia la cadera izquierda de la kunoichi, seguidamente de otra diagonal con la siniestra, dirigida hacia la rodilla del mismo lado.
Por la naturaleza del movimiento y la fuerza acumulada antes del impacto, el títere gira sobre si mismo, abarcando todo el espacio posible con los brazos abiertos. Intenta cortar la cintura de Shirōkami con las cuchillas de los brazos y ganar un poco de espacio para que Siberu repela — si la hay — su intención de contraatacar.