7/11/2015, 04:14
Parecía ser que algo de lo dicho o hecho había tomado por sorpresa a Datsue que permaneció un instante en silencio, aunque luego de ello comenzó a concentrarse en los masajes mejorando de una forma considerable que hizo que la chica plantase ambas manos sobre la banca para mantenerse completamente erguida.
—Eso es porque no la tengo a simple vista —
Respondió el chico con suma tranquilidad dando a entender a la chica que no había pensado lo suficiente para hacerse la idea de que había ocultado aquel objeto que entraba perfectamente en cualquier portaobjetos o que simplemente podría tener bajo su ropa quedando completamente escondido. ~ Bravo... Eres genial Noemi... ~ Dijo con ironía en su propia cabeza sin atreverse a abrir la boca en respuesta.
—. Sólo algunos privilegiados pueden verla, al igual que pueden ver mis verdaderos ojos —
Fue lo que siguió al comentario acerca de la bandana, algo que hizo obligó a la kunoichi a voltearse nuevamente para llevarse la sorpresa de que lo que la miraba eran unos ojos de un hermoso color rojo y un detalle a un lado de cada pupila. Una mirada que si bien, no le sugería absolutamente nada, la había dejado sin habla y no dudó ni un instante en desviar la vista de allí lo más rápido que pudo. ~ No era broma... Tengo a un Uchiha detrás... ~ Pensaba la rubia a la que el corazón se le había acelerado por un instante.
Para buena fortuna, la conversación se desvió completamente hasta un supuesto viaje a Shinogi-to, un lugar que según las clases de la academia estaría ubicado en algún lugar del país de la Tormenta. ~ ¿Para qué querrá ir allí...? ~ Pensaba Noemi que no iba a indagar en el tema puesto que no era asunto suyo, mientras tanto guardaba silencio y disfrutaba del masaje que había cambiado completamente a lo que era hace unos instantes, ahora si que era relajante y de una manera u otra lograba hacer que los párpados de la kunoichi comenzaran a pesarle.
—Me encanta cómo hueles —dijo sin pensar—. ¿Qué perfume usas?
Comentó el chico logrando así traer de vuelta a la realidad a la chica que estaba quedándose dormida. ~ Luego de esto iré a casa... ~ Dijo en su cabeza mientras intentaba recordar que botella había tomado aquella mañana antes de salir de casa. - Creo que fue jazmín... ¿O la de lavanda...? - Balbuceaba sin lograr recordar cuál perfume había usado ese día y como era el aroma que llevaba encima su olfato ya se había acostumbrado al mismo por lo que no lograba distinguirlo realmente.
—Eso es porque no la tengo a simple vista —
Respondió el chico con suma tranquilidad dando a entender a la chica que no había pensado lo suficiente para hacerse la idea de que había ocultado aquel objeto que entraba perfectamente en cualquier portaobjetos o que simplemente podría tener bajo su ropa quedando completamente escondido. ~ Bravo... Eres genial Noemi... ~ Dijo con ironía en su propia cabeza sin atreverse a abrir la boca en respuesta.
—. Sólo algunos privilegiados pueden verla, al igual que pueden ver mis verdaderos ojos —
Fue lo que siguió al comentario acerca de la bandana, algo que hizo obligó a la kunoichi a voltearse nuevamente para llevarse la sorpresa de que lo que la miraba eran unos ojos de un hermoso color rojo y un detalle a un lado de cada pupila. Una mirada que si bien, no le sugería absolutamente nada, la había dejado sin habla y no dudó ni un instante en desviar la vista de allí lo más rápido que pudo. ~ No era broma... Tengo a un Uchiha detrás... ~ Pensaba la rubia a la que el corazón se le había acelerado por un instante.
Para buena fortuna, la conversación se desvió completamente hasta un supuesto viaje a Shinogi-to, un lugar que según las clases de la academia estaría ubicado en algún lugar del país de la Tormenta. ~ ¿Para qué querrá ir allí...? ~ Pensaba Noemi que no iba a indagar en el tema puesto que no era asunto suyo, mientras tanto guardaba silencio y disfrutaba del masaje que había cambiado completamente a lo que era hace unos instantes, ahora si que era relajante y de una manera u otra lograba hacer que los párpados de la kunoichi comenzaran a pesarle.
—Me encanta cómo hueles —dijo sin pensar—. ¿Qué perfume usas?
Comentó el chico logrando así traer de vuelta a la realidad a la chica que estaba quedándose dormida. ~ Luego de esto iré a casa... ~ Dijo en su cabeza mientras intentaba recordar que botella había tomado aquella mañana antes de salir de casa. - Creo que fue jazmín... ¿O la de lavanda...? - Balbuceaba sin lograr recordar cuál perfume había usado ese día y como era el aroma que llevaba encima su olfato ya se había acostumbrado al mismo por lo que no lograba distinguirlo realmente.