27/05/2019, 17:00
Ambos estaban de acuerdo y el Yotsuki no le dio más vueltas, por lo que simplemente atendió al resto de las indicaciones del vendado sobre cómo iban a operar. Se levantó, dejando el enorme pago por la comida en la mesa. Por un instante pareció triste al dejar aquellos billetes atrás. "Esa loca ni se los merece" Bufó para sus adentros mientras salían al exterior.
—Eso no es una oportunidad, es una sandez— Se ufanó con aire vanidoso. —A nuestros puestos— Ninguno de los dos tenía realmente superioridad o autoridad sobre el otro, pero le agradaba la forma en la que se estaban dando las cosas.
Ambos se encaminaron a la zona, llegando a eso de las nueve. Era ideal, pues debían posicionarse antes de la hora más siniestra, cuando el enemigo seguramente quisiese esconder sus atrocidades bajo el velo nocturno profundo.
El Yotsuki simplemente se adentró en el lugar elegido, una casita de bambú un tanto particular. Aún tenía muebles, y los trastos viejos estaban guardados como si el tiempo se hubiese congelado en aquel sitio desde que sus ocupantes partieron a saber donde. Incluso algo de vegetación creció por debajo de las puertas y entre los marcos de las ventanas. "Este pueblo oculta mucho más de lo que creemos, aunque no estamos en posición de ponernos a curiosear" Se puso a pensar, que si estaban los muebles en su lugar... "Bingo" Una cama polvorienta, son sus sábanas. "Aunque quizás me dará igual de frío." Se transformó en la muchacha, aún con las vestiduras de novia, un poco sucias como las de alguien que estuvo batallando para encontrar refugio. "¿Quién vendrá ahora a los aposentos de lobo?" La caperucita roja seguramente que no.
Ahora sólo quedaba que el Uchiha se posicionase en su lugar de guardia.
—Eso no es una oportunidad, es una sandez— Se ufanó con aire vanidoso. —A nuestros puestos— Ninguno de los dos tenía realmente superioridad o autoridad sobre el otro, pero le agradaba la forma en la que se estaban dando las cosas.
Ambos se encaminaron a la zona, llegando a eso de las nueve. Era ideal, pues debían posicionarse antes de la hora más siniestra, cuando el enemigo seguramente quisiese esconder sus atrocidades bajo el velo nocturno profundo.
El Yotsuki simplemente se adentró en el lugar elegido, una casita de bambú un tanto particular. Aún tenía muebles, y los trastos viejos estaban guardados como si el tiempo se hubiese congelado en aquel sitio desde que sus ocupantes partieron a saber donde. Incluso algo de vegetación creció por debajo de las puertas y entre los marcos de las ventanas. "Este pueblo oculta mucho más de lo que creemos, aunque no estamos en posición de ponernos a curiosear" Se puso a pensar, que si estaban los muebles en su lugar... "Bingo" Una cama polvorienta, son sus sábanas. "Aunque quizás me dará igual de frío." Se transformó en la muchacha, aún con las vestiduras de novia, un poco sucias como las de alguien que estuvo batallando para encontrar refugio. "¿Quién vendrá ahora a los aposentos de lobo?" La caperucita roja seguramente que no.
Ahora sólo quedaba que el Uchiha se posicionase en su lugar de guardia.