27/05/2019, 21:56
El kusajin salió del edificación de forma tranquila y cauta, al cerrar la puerta respiró aliviado de escapar ileso de aquella situación, el clima se había puesto denso y pensó que ocurriría lo peor, pero al final no fue así, quizá al ladrón aún le quedaba algo más uqe sólo su palabra de ser leal.
Geki volvió a ver hacia sus costado, la calle aún parecía normal, intentaba observar las caras de los transeúntes pero ninguna parecía sospechosa. Volvió su mirada hacia arriba, se fijó en el tejado en dónde debería estar Etsu y aunque no lo divisaba cruzó la calle confiado de encontrarlo todavía en su posición. Concentró un poco de chakra en sus pies que lo ayudaría a impulsarse y mediante saltos cortos escaló las paredes de cemento para volver a subir a lo alto del edificio.
Al aterrizar se encontró con su compañero y se le acercó.
—La cosa no a ido muy bien... — Empezó, sentía un poco de angustia por haber fallado en el encargo — El tipo sigue ahí, está armado y se niega a colaborar —
Caminó unos pasos y se puso al borde del tejado, echándole un ojo de nuevo a la casa.
— Está atrincherado, sin salida, sabiendo que en cualquier momento van a venir a asesinarle ¿Te imaginas?
Hizo una pausa para que el otro también pudiera imaginar la situación que estaba relatando.
—No lo juzgo quizá yo hubiera hecho lo mismo.
Geki volvió a ver hacia sus costado, la calle aún parecía normal, intentaba observar las caras de los transeúntes pero ninguna parecía sospechosa. Volvió su mirada hacia arriba, se fijó en el tejado en dónde debería estar Etsu y aunque no lo divisaba cruzó la calle confiado de encontrarlo todavía en su posición. Concentró un poco de chakra en sus pies que lo ayudaría a impulsarse y mediante saltos cortos escaló las paredes de cemento para volver a subir a lo alto del edificio.
Al aterrizar se encontró con su compañero y se le acercó.
—La cosa no a ido muy bien... — Empezó, sentía un poco de angustia por haber fallado en el encargo — El tipo sigue ahí, está armado y se niega a colaborar —
Caminó unos pasos y se puso al borde del tejado, echándole un ojo de nuevo a la casa.
— Está atrincherado, sin salida, sabiendo que en cualquier momento van a venir a asesinarle ¿Te imaginas?
Hizo una pausa para que el otro también pudiera imaginar la situación que estaba relatando.
—No lo juzgo quizá yo hubiera hecho lo mismo.