7/11/2015, 18:47
Ritsuko parecía no estar muy segura de si conocía o no a Noemi, el apellido le sonaba pero no terminaba por dar una respueta. Más bien parecía que estaba hablando más para ella que para la peliblanca, que aguardaba paciententemente la respusta de la joven kunoichi de taki. Sin embargo, la enmascarada optó por cambiar el rumbo de la conversación, cosa que no importó demasiado a la Hyuga que con una sonrisa se dispusó a responder a la cuestión formulada
—Pues la verdad es que estoy aquí haciendo de mensajera, tengo que entregarle una carta al alcalde pero no encuentro el ayuntamiento— contestó la chica con amabilidad —Debería de preguntarle a alguien...— eso último lo dijo más para sí que para su interlocutora.
La de Kusabi, miró a su alrededor buscando a alguien a quién preguntar. Sin embargo, al contrario que antes ahora no había nadie en la calle. Aquello le resultó tremendamente extraño, hasta hacía unos minutos había bastantes personas por aquel lugar y de repente nadie.
No pudo evitar torcer levemente el gesto durante un instante, la situación actual le preocupaba y no podía evitarlo. ¿Estaría relacionado con el contenido de la carta? Nadie le había informado de ningún tipo de riesgo ajeno al viaje del camino y sin embargo, en aquel mismo instante se sentía inquieta y casi amenazada. Quizás fuese su inexperiencia y todo aquello era normal, pero ver toda la ciudad en silencio tras las puertas de sus casas... no ayudaba a tranqulizarla
—Que raro... no hay nadie— comento la joven mientras giraba sobre sí misma tratando de abarcar el máximo posible de visión
—Pues la verdad es que estoy aquí haciendo de mensajera, tengo que entregarle una carta al alcalde pero no encuentro el ayuntamiento— contestó la chica con amabilidad —Debería de preguntarle a alguien...— eso último lo dijo más para sí que para su interlocutora.
La de Kusabi, miró a su alrededor buscando a alguien a quién preguntar. Sin embargo, al contrario que antes ahora no había nadie en la calle. Aquello le resultó tremendamente extraño, hasta hacía unos minutos había bastantes personas por aquel lugar y de repente nadie.
No pudo evitar torcer levemente el gesto durante un instante, la situación actual le preocupaba y no podía evitarlo. ¿Estaría relacionado con el contenido de la carta? Nadie le había informado de ningún tipo de riesgo ajeno al viaje del camino y sin embargo, en aquel mismo instante se sentía inquieta y casi amenazada. Quizás fuese su inexperiencia y todo aquello era normal, pero ver toda la ciudad en silencio tras las puertas de sus casas... no ayudaba a tranqulizarla
—Que raro... no hay nadie— comento la joven mientras giraba sobre sí misma tratando de abarcar el máximo posible de visión