1/06/2019, 20:05
Esquivó el puñetazo de Daigo, y el Inuzuka embistió duramente contra el boxeador con la ayuda de su hombro. El golpe provocó que el peliverde retrocediese un poco, pero el chico fue capaz de aguantar sin perder del todo el equilibrio. Fue digno de elogio la manera en que reaccionó, volviendo a alzar la guardia rápidamente, y no tardó demasiado en decidirse a atacar de nuevo.
«¡Buena!»
Con un movimiento constante, y que a la vez se podía ver liviano y grácil, el chico lanzó un nuevo puñetazo con su izquierda directo hacia el Inuzuka. Un puñetazo firme y rápido, pero que desapareció en intenciones al chocar contra el antebrazo de Etsu. El rastas, lanzó el mismo en diagonal hacia arriba, mientras que retrocedía con la pierna derecha, en pos de encarar a un oponente que se iba moviendo buscando rodearlo.
El gesto del Inuzuka fue rápido y certero, y buscó recuperar la compostura lo antes posible. Su oponente continuaba desplazándose, y en lo que transcurría el movimiento, lanzó un segundo golpe con su zurda. El rastas alzó su zurda para interponerla en un rápido bloqueo cercano, bloqueando con la parte exterior de su antebrazo. Pudo ver cómo el golpe bueno se preparaba, pues a cada segundo que pasaba viendo a su oponente, más cómo se iba sintiendo. Sonrió para sus adentros, mas no quiso exteriorizarlo demasiado.
«Ahora viene el golpe que de verdad quiere golpear...»
Daigo cargó con fuerzas un golpe directo con su diestra, un puñetazo que sin duda alguna iba con mucha mas intención de encontrar el rostro de Etsu que cualquiera de los otros lanzados anteriormente. Sin embargo, el rastas tenía bien claro cómo proceder...
Lanzó su brazo diestro hacia el chico, casi buscando un doble ko, pero al último instante, giró el brazo para hacer de resorte para con el puñetazo del peliverde. El Inuzuka haría de su puñetazo un aspavientos que terminaría por rechazar el golpe de Daigo hacia el exterior de su propia defensa. Con las mismas, y sin darle tiempo a respirar, lanzaría un doble puñetazo en pleno estómago al chico. El golpe insignia del estilo del puño de hierro.
—Buen intento, Daigo.
Obviamente, no tardó en recuperar la posición de defensa. El golpe tampoco había sido para tanto.
«¡Buena!»
Con un movimiento constante, y que a la vez se podía ver liviano y grácil, el chico lanzó un nuevo puñetazo con su izquierda directo hacia el Inuzuka. Un puñetazo firme y rápido, pero que desapareció en intenciones al chocar contra el antebrazo de Etsu. El rastas, lanzó el mismo en diagonal hacia arriba, mientras que retrocedía con la pierna derecha, en pos de encarar a un oponente que se iba moviendo buscando rodearlo.
El gesto del Inuzuka fue rápido y certero, y buscó recuperar la compostura lo antes posible. Su oponente continuaba desplazándose, y en lo que transcurría el movimiento, lanzó un segundo golpe con su zurda. El rastas alzó su zurda para interponerla en un rápido bloqueo cercano, bloqueando con la parte exterior de su antebrazo. Pudo ver cómo el golpe bueno se preparaba, pues a cada segundo que pasaba viendo a su oponente, más cómo se iba sintiendo. Sonrió para sus adentros, mas no quiso exteriorizarlo demasiado.
«Ahora viene el golpe que de verdad quiere golpear...»
Daigo cargó con fuerzas un golpe directo con su diestra, un puñetazo que sin duda alguna iba con mucha mas intención de encontrar el rostro de Etsu que cualquiera de los otros lanzados anteriormente. Sin embargo, el rastas tenía bien claro cómo proceder...
Lanzó su brazo diestro hacia el chico, casi buscando un doble ko, pero al último instante, giró el brazo para hacer de resorte para con el puñetazo del peliverde. El Inuzuka haría de su puñetazo un aspavientos que terminaría por rechazar el golpe de Daigo hacia el exterior de su propia defensa. Con las mismas, y sin darle tiempo a respirar, lanzaría un doble puñetazo en pleno estómago al chico. El golpe insignia del estilo del puño de hierro.
—Buen intento, Daigo.
Obviamente, no tardó en recuperar la posición de defensa. El golpe tampoco había sido para tanto.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~