4/06/2019, 05:41
Generalmente, existe un pequeño problema cuando tratas de hablar con Rōga, y ese es que normalmente ibas a toparte con una pared de ego que protegía su de por sí dura cabezota. Es ahí, que cuando tus palabras se enfrentaban a esta muralla de arrogancia, faltaban algo más que flechas de acidez o rocas de sabiduría para tumbarla abajo. Además, de que iba a regresarte cañonazos de presunción que llevados al límite podían volver al joven Yotsuki en un verdadero dolor de cabeza.
"¿Así que quieres jugar eh?" Iba a pagarle con la misma moneda, aunque cómo era de esperar, volviéndose él mismo el centro de la atención.
—Ay por favor, ¿celosa?— Contestó con risa sórdida al ver el sarcástico comentario de la pelirrosada luego de verla ligeramente enfadada. —No tienes que pelear por mi cariño darling, hay Lobo para todas~ Carcajeó. —Quizás si dejaras de usar ese tinte tan chinto y te lo dejaras natural podrías lucir como una niña que pudiese gustarme— Se cruzó de brazos.
Luego con su otro compañero, tenía el problema de que era un insípido dormilón con una cabezota igual a la suya. A él no iba a rebatirle, sino que era mejor seguirle la corriente para sacárselo de encima.
—Media vez no tenga que llevarte a tu cuna y darte biberón como a uno, con todo gusto— Sonrió con su blanca dentadura y negó con la cabeza.
Aquel equipo era algo de lo más extraño, no sólo sus compañeros, sino incluso su propio sensei tenía algo de extravagante. Tanto así, que si ponías a Rōga en medio de los demás él era el más normal, por irónico que parezca. "Ah. Pero lobo es quién tiene más estilo." Pese al poco tiempo de conocerse, por alguna razón parecían congeniar de una manera un tanto bizarra. Aún cuando el de cabellos tricolor fuese un alma rebelde que de vez en cuando se descarriaba en sus aventuras.
El asunto por ver ahora era: ¿Cómo iban a sobrellevar esta misión? Él mismo daba por sentado que iba a dar lo mejor de sí, además que era alguien que cooperaba por naturaleza. Sin embargo, era la primera vez que realmente iban a salir a terreno a poner en práctica el trabajo de equipo. "Además que pasaremos por la Villa de las Aguas Termales. ¡Malaya un bañito!." Si, las formas de perder el tiempo también rondaban en su cabeza. Quizás el simple hecho de convivir entre los tres iba a ser el verdadero reto de esta enmienda.
"¿Así que quieres jugar eh?" Iba a pagarle con la misma moneda, aunque cómo era de esperar, volviéndose él mismo el centro de la atención.
—Ay por favor, ¿celosa?— Contestó con risa sórdida al ver el sarcástico comentario de la pelirrosada luego de verla ligeramente enfadada. —No tienes que pelear por mi cariño darling, hay Lobo para todas~ Carcajeó. —Quizás si dejaras de usar ese tinte tan chinto y te lo dejaras natural podrías lucir como una niña que pudiese gustarme— Se cruzó de brazos.
Luego con su otro compañero, tenía el problema de que era un insípido dormilón con una cabezota igual a la suya. A él no iba a rebatirle, sino que era mejor seguirle la corriente para sacárselo de encima.
—Media vez no tenga que llevarte a tu cuna y darte biberón como a uno, con todo gusto— Sonrió con su blanca dentadura y negó con la cabeza.
Aquel equipo era algo de lo más extraño, no sólo sus compañeros, sino incluso su propio sensei tenía algo de extravagante. Tanto así, que si ponías a Rōga en medio de los demás él era el más normal, por irónico que parezca. "Ah. Pero lobo es quién tiene más estilo." Pese al poco tiempo de conocerse, por alguna razón parecían congeniar de una manera un tanto bizarra. Aún cuando el de cabellos tricolor fuese un alma rebelde que de vez en cuando se descarriaba en sus aventuras.
El asunto por ver ahora era: ¿Cómo iban a sobrellevar esta misión? Él mismo daba por sentado que iba a dar lo mejor de sí, además que era alguien que cooperaba por naturaleza. Sin embargo, era la primera vez que realmente iban a salir a terreno a poner en práctica el trabajo de equipo. "Además que pasaremos por la Villa de las Aguas Termales. ¡Malaya un bañito!." Si, las formas de perder el tiempo también rondaban en su cabeza. Quizás el simple hecho de convivir entre los tres iba a ser el verdadero reto de esta enmienda.