5/06/2019, 15:15
(Última modificación: 5/06/2019, 15:20 por Yoshimura Ken. Editado 1 vez en total.)
Ken abrió sus ojos con sorpresa al escuchar al extranjero decir que su disciplina era el nintaijutsu pero no cualquier nintaijusu sino el original o algo así y que los demás estilos eran copias del de su clan, era impresionante conocer a alguien con un linaje tan antiguo y honorable para ken era todo un placer conocer a alguien de tan noble estirpe.
- Es increíble debes tener un linaje muy antiguo, es emocionante conocer a alguien así. – Dijo asintiendo. – Sí. – Finalizo para luego escucharlo hablar sobre sus planes pero eso no era lo importante, lo importante era que había aceptado ir con él a donde estaba su maestro así que le emociono bastante eso.
- ¡Estupendo, entonces vamos! – Le señalo el extremo del puente al que deberían de ir y sin más se adelantó pasando por al lado del peliazul para que este lo siguiera, a ken no le gustaba desperdiciar tiempo y mucho menos el tiempo de otros.
Su maestro como ya lo había dicho antes se encontraba hospedado en una casa que atendía a los viajeros, servían comidas y cosas típicas de la región.
Tendrían que atravesar el puente y bajar la pendiente recorriendo unos 50 metros hasta ver una casa típica con porche de madera cerrado como por unas cortinas que colgaban del techo.
Ken se dirigiría a la entrada de aquel lugar y nada más atravesarla encontraría al gran guerrero samurái que era su maestro este estaba sentado de espaldas a la entrada, el hombre de gran melena negra y hombros anchos bebía sake y comía unas bolitas de pulpo de esas que se comen con mondadientes.
- ¡Maestro! No adivinara a quien acabo de conocer, es un joven músico de un clan perdido, dice que sus ancestros inventaron el nintaijutsu, sí. – Dijo ken acercándose al mayor que era bastante alto y eso podría notarse pese a estar sentado.
El señor Hijikata vestía un gran abrigo blanco de cuello ancho que protegía su cuello y llegaba casi a la altura de sus orejas, así que para verlo habría que ponérsele al lado o al frente suyo.
Las cejas de Hijikata se moverían con molestia ante las palabras de su discípulo, estaba muy a gusto hasta que este llego a molestarlo con esas tonterías así que no lo recibió muy bien.
- ¿Qué formas de llegar son esas? Estúpido pupilo, debes ser más propio un samurái no se comporta así. – Diría el mayor sin siquiera voltear la mirada al acompañante de ken.
- Usted no se comporte así maestro, me hace quedar mal. – Se encogió de hombros.
- Como sea ¿a quién es el que te acompaña? Preséntame como es debido. – Insto el mayor que quería ver como su discípulo lo presentaría ante las personas.
Ken asintió con la cabeza y se paró firme para hacerle una seña a su acompañante de que se acercara y asi señalarlo poniendo una mano en uno de los hombros del joven.
- Este es Roga de Amegakure, es un gran músico viajero y un shinobi también. – Lo presentaría de ese modo mientras que el mayor solo observaba serio tomando su sake, Hijikata ciertamente era un hombre reservado y poco sociable, tenía una cara de perro guardián, así de serio se veía y con sus brazos y hombros anchos, más ese abrigo de cuello largo daría algo de miedo a quien fuera, ojala Roga no fuera alguien tímido o poco sociable.
- Ah sí, Roga este es mi maestro, Hijikata Toshizo maestro del estilo del dragón de la justicia divina y el samurái más fuerte del mundo… - Hizo una pausa al decir eso ultimo para acercarse al oído del contrario y susurrar. – Eso dice él. – Le diría en tono muy bajo.
- Es increíble debes tener un linaje muy antiguo, es emocionante conocer a alguien así. – Dijo asintiendo. – Sí. – Finalizo para luego escucharlo hablar sobre sus planes pero eso no era lo importante, lo importante era que había aceptado ir con él a donde estaba su maestro así que le emociono bastante eso.
- ¡Estupendo, entonces vamos! – Le señalo el extremo del puente al que deberían de ir y sin más se adelantó pasando por al lado del peliazul para que este lo siguiera, a ken no le gustaba desperdiciar tiempo y mucho menos el tiempo de otros.
Su maestro como ya lo había dicho antes se encontraba hospedado en una casa que atendía a los viajeros, servían comidas y cosas típicas de la región.
Tendrían que atravesar el puente y bajar la pendiente recorriendo unos 50 metros hasta ver una casa típica con porche de madera cerrado como por unas cortinas que colgaban del techo.
Ken se dirigiría a la entrada de aquel lugar y nada más atravesarla encontraría al gran guerrero samurái que era su maestro este estaba sentado de espaldas a la entrada, el hombre de gran melena negra y hombros anchos bebía sake y comía unas bolitas de pulpo de esas que se comen con mondadientes.
- ¡Maestro! No adivinara a quien acabo de conocer, es un joven músico de un clan perdido, dice que sus ancestros inventaron el nintaijutsu, sí. – Dijo ken acercándose al mayor que era bastante alto y eso podría notarse pese a estar sentado.
El señor Hijikata vestía un gran abrigo blanco de cuello ancho que protegía su cuello y llegaba casi a la altura de sus orejas, así que para verlo habría que ponérsele al lado o al frente suyo.
Las cejas de Hijikata se moverían con molestia ante las palabras de su discípulo, estaba muy a gusto hasta que este llego a molestarlo con esas tonterías así que no lo recibió muy bien.
- ¿Qué formas de llegar son esas? Estúpido pupilo, debes ser más propio un samurái no se comporta así. – Diría el mayor sin siquiera voltear la mirada al acompañante de ken.
- Usted no se comporte así maestro, me hace quedar mal. – Se encogió de hombros.
- Como sea ¿a quién es el que te acompaña? Preséntame como es debido. – Insto el mayor que quería ver como su discípulo lo presentaría ante las personas.
Ken asintió con la cabeza y se paró firme para hacerle una seña a su acompañante de que se acercara y asi señalarlo poniendo una mano en uno de los hombros del joven.
- Este es Roga de Amegakure, es un gran músico viajero y un shinobi también. – Lo presentaría de ese modo mientras que el mayor solo observaba serio tomando su sake, Hijikata ciertamente era un hombre reservado y poco sociable, tenía una cara de perro guardián, así de serio se veía y con sus brazos y hombros anchos, más ese abrigo de cuello largo daría algo de miedo a quien fuera, ojala Roga no fuera alguien tímido o poco sociable.
- Ah sí, Roga este es mi maestro, Hijikata Toshizo maestro del estilo del dragón de la justicia divina y el samurái más fuerte del mundo… - Hizo una pausa al decir eso ultimo para acercarse al oído del contrario y susurrar. – Eso dice él. – Le diría en tono muy bajo.