6/06/2019, 01:46
El peliverde se movía con destreza, pero Etsu seguía demostrando que no daría su brazo a torcer fácilmente ante el boxeador, quien continuaba golpeando sin mucho éxito mientras veía sus intentos de rodear a su adversario frustrados por el juego de pies que este mostraba.
Aún así el boxeador no se echó atrás ni se lo pensó dos veces antes de lanzar su directo de derechas contra el rostro del Inuzuka convencido de poder penetrar en su guardia, sin embargo no fue con la guardia de Etsu que se encontró el boxeador, sino...
«¿¡Cómo!?»
Sino que encontró con el puño del Inuzuka peligrosamente cerca de su cara, listo para forzar un doble K.O.
«¡Mierdamierdamierdamierda!» Ya era demasiado tarde, a estas alturas ni siquiera con un Nise no Ito podría detener la acción. Solo quedaba seguir adelante.
Pero Etsu parecía tener otros planes, porque en el último momento giró su brazo y apartó el puñetazo del peliverde, creando una gran abertura en su guardia.
«¡MIERDAMIERDAMIERDAMIERD-!»
Al chico apenas le había dado tiempo de darse cuenta de que la había regado antes de salir despedido por el puñetazo doble de Etsu. Cayó al suelo y rodó metro y medio antes de finalmente levantarse utilizando sus brazos y el impulso de la caída para rodar por encima de su espalda.
El puñetazo le había dolido horrores e incluso ahora que ya estaba de pie no podía respirar con normalidad.
—Buen intento, Daigo.
El peliverde sonrió. No era momento de quejarse.
—Todavía no has visto nada, Etsu-kun.
Poco a poco las extremidades del peliverde empezaron a brillar con timidez antes de arder con fuerza y revitalizar al boxeador, obligándolo a dar un paso al frente, y otro, y otro, antes de lanzarse hacia el rastas con un rápido puñetazo directo hacia su rostro con la diestra para moverse con velocidad hacia la izquierda e intentar sorprender a su rival con un gancho al hígado.
«¡Ichi, ni!» contaba mentalmente para no pasarse del límite que su cuerpo podía soportar de momento.
El chico se movió intentando conseguir la retaguardia del Inuzuka antes de lanzar un directo de izquierdas a su espalda, evitando tocar su columna.
«¡San!»
Y, para terminar, dio un paso largo en contradirección, esta vez girando hacia su derecha para conseguir posicionarse frente a Etsu y acabar con un gancho asccendente hacia su mentón.
«¡YON!»
Aún así el boxeador no se echó atrás ni se lo pensó dos veces antes de lanzar su directo de derechas contra el rostro del Inuzuka convencido de poder penetrar en su guardia, sin embargo no fue con la guardia de Etsu que se encontró el boxeador, sino...
«¿¡Cómo!?»
Sino que encontró con el puño del Inuzuka peligrosamente cerca de su cara, listo para forzar un doble K.O.
«¡Mierdamierdamierdamierda!» Ya era demasiado tarde, a estas alturas ni siquiera con un Nise no Ito podría detener la acción. Solo quedaba seguir adelante.
Pero Etsu parecía tener otros planes, porque en el último momento giró su brazo y apartó el puñetazo del peliverde, creando una gran abertura en su guardia.
«¡MIERDAMIERDAMIERDAMIERD-!»
Al chico apenas le había dado tiempo de darse cuenta de que la había regado antes de salir despedido por el puñetazo doble de Etsu. Cayó al suelo y rodó metro y medio antes de finalmente levantarse utilizando sus brazos y el impulso de la caída para rodar por encima de su espalda.
El puñetazo le había dolido horrores e incluso ahora que ya estaba de pie no podía respirar con normalidad.
—Buen intento, Daigo.
El peliverde sonrió. No era momento de quejarse.
—Todavía no has visto nada, Etsu-kun.
Poco a poco las extremidades del peliverde empezaron a brillar con timidez antes de arder con fuerza y revitalizar al boxeador, obligándolo a dar un paso al frente, y otro, y otro, antes de lanzarse hacia el rastas con un rápido puñetazo directo hacia su rostro con la diestra para moverse con velocidad hacia la izquierda e intentar sorprender a su rival con un gancho al hígado.
«¡Ichi, ni!» contaba mentalmente para no pasarse del límite que su cuerpo podía soportar de momento.
El chico se movió intentando conseguir la retaguardia del Inuzuka antes de lanzar un directo de izquierdas a su espalda, evitando tocar su columna.
«¡San!»
Y, para terminar, dio un paso largo en contradirección, esta vez girando hacia su derecha para conseguir posicionarse frente a Etsu y acabar con un gancho asccendente hacia su mentón.
«¡YON!»
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.